La sede de Fundación ONCE en Madrid acogerá el próximo viernes, 7 de mayo, la presentación de un estudio sobre cómo los españoles afrontan el final de la vida. Entre las conclusiones, se asegura que solo uno de cada cuatro españoles ahorra para su jubilación, pese a que hacerlo conlleva también mayores cuidados de la salud y una mejor aceptación del final de vida.
Titulado ‘La planificación de la última etapa de la Vida. Claves para afrontar el envejecimiento y el aumento de la esperanza de vida’, el trabajo está impulsado por Fundación ONCE, ILUNION Correduría de Seguros, Laboral Kutxa, Fundación Aequitas y Fundación Edad&Vida.
El estudio se presentará el próximo viernes, 7 de mayo, en la sede de Fundación ONCE en Madrid y de forma online, a las 11.00 horas. Está previsto que el evento cuente con la participación de Almudena Castro-Girona, notaria y directora de la Fundación Aequitas; Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE; Juan Cruz, adjunto a la Dirección del diario ‘El País’; Juan Díez Nicolás, catedrático emérito de Sociología de la Universidad Camilo José Cela, e Ismael Vallés y Manuel Alfaro, autores del estudio.
El acto comenzará con la presentación del informe a cargo de sus autores y continuará con una mesa redonda moderada por José Manuel González Huesa, director general de Servimedia, en la que Almudena Castro-Girona, Juan Cruz y Juan Díez Nicolás debatirán sobre aspectos relacionados con el trabajo, tales como el ahorro, la concienciación y preparación del final de la vida o el cuidado de la salud por parte de los españoles. Según el estudio, en el que han participado una veintena de expertos de los ámbitos económico y sociosanitario junto a más de 1.300 ciudadanos de distintas edades, quienes ahorran para la jubilación cuidan más su salud y aceptan mejor el final de vida, por lo que aboga por aprender a transformar “más vida en mejor vida”.
Por este motivo, alerta de la necesidad de promover una mayor cultura de la planificación en los ciudadanos para que integren sus decisiones de futuro a lo largo de toda la vida, pensando menos en lo que han vivido y más en el potencial de lo que les queda por vivir, aceptando la incertidumbre y los condicionantes de la última etapa de la vida y también su finitud. Todo esto porque el trabajo indica que tan solo el 33% de los ciudadanos cuida de su salud desde hace tiempo y que únicamente el 50% está mentalizado sobre el final de la vida.