La maternidad de Ana Obregón por gestación subrogada a los 68 años continúa siendo el absoluto protagonista del momento, y ha abierto un debate sin precedentes tanto sobre la edad límite para ser madre, como sobre la regulación de este método de reproducción ilegal en nuestro país al que cada vez recurren más españoles -como la presentadora- para cumplir su sueño de ser padres.
Después de copar gran parte de la escaleta de programas como ‘Espejo Público’, ‘El programa de Ana Rosa’, ‘Cuatro al día’ o ‘Sálvame’, la sorprendente e inesperada decisión de Obregón de convertirse en madre a su tardía edad a través de un vientre de alquiler se ha convertido en el tema central de la tertulia semanal de ‘El Hormiguero’.
Y como no podía ser de otra manera, Tamara Falcó se ha ‘mojado’ y, sin juzgar a la bióloga, ha explicado el dilema moral que le plantea la gestación subrogada por sus convicciones religiosas.
Muy seria, y después de pensarse bastante qué palabras utilizar -ya que todo lo que dice se convierte en noticia- la marquesa de Griñón ha reconocido que «lo que ha vivido con su hijo ha tenido que ser espantoso. No me puedo imaginar el dolor que ha sufrido y lo terriblemente sola que se ha tenido que sentir», y por ello puede «llegar a entender» su decisión de recurrir a la subrogación para tener a su hija y «está claro que no la juzgo».
Algo que ha confesado que, como creyente que es, no comparte puesto que en su razonamiento «para hacer este tipo de tratamientos tienes que fecundar varios óvulos. La iglesia piensa que el alma está ahí desde el momento de la concepción». «Y muchas veces lo que se hace con esos óvulos fecundados es congelarlos, descartarlos, o darlos para la experimentación. Y ahí es donde surge el dilema moral para mí porque esos óvulos tienen alma. Y eso no lo comparto» ha explicado.
Sin embargo, Tamara no comparte la polémica que se ha creado por la edad de la presentadora -muchos la han atacado ferozmente asegurando que dejará a su hija huérfana a una edad temprana- y, tajante, ha dejado claro que para ella «lo importante para esa niña es que sea querida y en este caso creo que no existe ninguna duda porque Ana ha demostrado ser una madraza y con ella también lo será».
Un tema sobre el que le preguntaron horas antes las cámaras de Europa Press aunque en este caso la hija de Isabel Preysler, sonriente, prefirió hacer oídos sordos a las cuestiones relacionadas con la maternidad de Ana Obregón y mantener el misterio sobre su postura al respecto hasta su cita semanal con ‘El Hormiguero’.