Contando las semanas para su boda con Íñigo Onieva, Tamara Falcó vivía el pasado fin de semana uno de los momentos más especiales de su vida: su hermana Ana Boyer y sus mejores amigas -entre las que se encuentran las hermanas Casilda y Ana Finat, Andrea Gómez Acebo o Huga Rey entre otras – la sorprendían con una despedida de soltera de lo más completa en Portugal.
Esta noche, Tamara ha reaparecido en el plató de ‘El Hormiguero’ y ha confesado, en primer lugar, que «mi esquince muy bien, he venido sin muletas» al aparecer en pantalla sin necesidad de apoyarse en nada tras su caída la semana pasada. Una explicación que ha provocado que Pablo Motos le preguntase por la imagen de su despedida de soltera en la que la vimos con silla de ruedas.
La hija de Isabel Preysler ha explicado que se sentó en silla de ruedas por sus amigas: «eso son mis amigas porque iba muy lenta. Salimos del avión y había tres sillas de ruedas y me dijeron ‘súbete’ y me llevaron». Una imagen que se tomó a modo broma después del esguince que sufrió hace unos días.
Tamara ha confesado que «las pude convencer, como estaba un poco mal… o sea, me querían vestir de bacalao, pero todo esto para esconderme de los paparazzis». Eso sí, el viaje «fue precioso» y su mayor fiesta la encontró «en la capilla» del santuario de la Virgen de Fátima.
La colaboradora ha explicado que aparte de esa visita, sus amigas «me hicieron un test de compatibilidad con Íñigo, que ya lo había superado» menos cuando tenía que adivinar las partes del cuerpo de su pareja, que al parecer confundió el cuerpo de su prometido con el del marido de una amiga suya.
Un viaje del que también tenemos anécdotas, ya que Tamara ha desvelado que «nos fuimos a un restaurante rarísimo, que yo pensaba que nos habíamos equivocado… lo que pasa que mi amiga lo había organizado, llegó un chico disfrazado de novia, se empezó a desnudar… me dio el ramo». Una confesión que ha revolucionado a los tertulianos, pero que refleja lo bien que se lo ha pasado en este viaje tan especial.