Tamara Falcó e Íñigo Onieva viven sus últimas horas como solteros. En apenas dos días la pareja se dará el ‘sí quiero’ en el palacio El Rincón, y todo está preparado para el gran día. Tal y como reveló en ‘El Hormiguero’ hace unos días, la marquesa de Griñón se ha instalado esta semana en la casa de su madre, donde tiene la tranquilidad necesaria para cerrar los detalles pendientes de su enlace y donde está disfrutando de su familia antes de convertirse en la novia del año.
Este miércoles a primera hora de la mañana Julio José Iglesias llegaba de Miami para asistir a la boda y, con una gran sonrisa confesaba que está emocionadísimo con la idea de ver a su hermana pasando por el altar. No es el único miembro de la familia que ya está en la mansión de Isabel Preysler, puesto que Ana Boyer también lleva varios días acompañando a Tamara en esta emocionante cuenta atrás. Se prevé que este jueves aterrice en Madrid Chabeli Iglesias con su marido, Christian Altaba, y sus dos hijos y, aunque la asistencia de Enrique Iglesias está todavía en el aire, su hermano Julio ha asegurado que sí estará en el enlace.
Y para celebrar este reencuentro tan especial, la filipina ha organizado una cena informal en su residencia a la que no ha faltado Íñigo Onieva. Una especie de despedida de solteros conjunta, acompañados tan solo por la familia más cercana de la marquesa, que se ha producido 24 horas después de que los novios acudiesen de visita a la casa de Carolina Molas.
El menú, un misterio, aunque suponemos que cenarían pescado puesto que una furgoneta de una pescadería accedía al domicilio de Isabel horas antes de la celebración. También un repartidor de un conocido supermercado, cargado con varias cajas de comida, además de un Fernando Verdasco que, minutos después, abandonaba la casa de su suegra sin hacer declaraciones sobre esta intensa cuenta atrás para la boda.
Minutos antes de las 22:00 era Íñigo Onieva el que llegaba a la residencia conduciendo su propia moto y vestido con americana, camisa y mocasines, más formal de lo que nos tiene acostumbrados en los últimos días. Muy discreto, el empresario ha entrado rápidamente sin revelar ningún detalle de esta cena familiar.
Una hora y media después, salía tal y como había entrado, abandonando el lugar a toda velocidad sin pararse ante las cámaras. «Todo muy bien» ha asegurado a su llegada a su piso en el centro de Madrid al ser preguntado por este inesperado encuentro con Isabel Preysler y el resto del clan. «Ya no queda nada» ha añadido, dejando entrever que los nervios empiezan a acechar a poco más de 48 horas de convertirse en el marido de Tamara Falcó.