Completamente inmersa en los preparativos de su boda pero con la tristeza de la pérdida de Laura Boyer muy reciente, hemos visto a Tamara Falcó disfrutando de un relajado paseo con sus mascostas en el que aprovechó para revelar algunos detalles del que será su gran día al lado de Íñigo Onieva.
A pesar de todo lo que se esta hablando sobre su boda y la supuesta rivalidad de estilos que existe entre Carolina, la madre de Íñigo e Isabel Preysler, la futura novia dejó claro que esas informaciones son falsas y que tiene ua maravillosa relación con su suegra: «La verdad es que de las madres prefiero no hablar, la madre de Íñigo es anónima y prefiere mantenerse así» aunque añadió «es encantadora».
Tras su primera prueba de vestido en el atelier de Sophie et Voilà, en Mazarredo, Tamara ha confesado que no todo el mundo entenderá su estilismo ese día. A pesar de esto, la diseñadora tiene muy claro qué es lo que busca con su decisión: «Bueno… a quien le tiene que gustar es a mí. Espero que a Íñigo también». En cuanto al estilismo que ha elegido el novio para la ocasión, Tamara reveló algún detalle: «No es esmoquin. Se casa de chaqué. Creo que él no ha avanzado en el tema del color todavía».
Tras la deslealtad de Íñigo Onieva que acabó con los planes iniciales de boda en la pareja, Tamara tendrá que afrontar un nuevo reto de confianza para ellos, la despedida de soltero. Cuando le preguntan sobre esto, Tamara asegura que «sí» está preparada y que sobre la suya no tiene ni idea: «No lo sé, eso tendríamos que preguntarse a mis amigas».
En medio de las muchas informaciones erróneas que se están dando sobre la boda, la diseñadora no dio ninguna credibilidad a la supuesta duración de su luna de miel, un mes. «¿Un mes?» respondió muy sorprendida la hija de Isabel.
