Poco podía imaginar Tamara Falcó que sus declaraciones hace una semana en ‘El Hormiguero’ sobre su nueva casa traerían tanta cola. La hija de Isabel Preysler hablaba del ‘bloqueo botánico’ con el que va a proteger su intimidad y la de Íñigo Onieva, instalando frondosos arbustos en la terraza de su ático para no ser vistos desde fuera, y reconocía que aunque su ático «es muy moderno y muy bonito sobre plano» quizás no fuese «la mejor idea» para ella por las enormes cristaleras que dejan su intimidad a la vista.
Una sinceridad que le ha pasado factura, ya que muchos -y entre ellos el arquitecto de la exclusiva vivienda, Joaquín Torres, que no dudaba en acusarla de no tener criterio estético- pensaron que la marquesa quería decir que no estaba satisfecha con la casa que adquirió en 2020 y a la que se mudará en las próximas semanas con su marido.
Este jueves, horas después de esquivar a la prensa en el último adiós a Fernando Fernández Tapias accediendo al tanatorio en coche, Tamara ha se ha sentado en el plató de ‘El Hormiguero’ y ha aclarado sus palabras, zanjando la polémica y revelando alto y claro qué piensa realmente de su nueva casa.
«Se me ha liado una esta semana por ‘El Hormiguero. Bueno, no por ‘El Hormiguero’, sino por algo que no expliqué bien», ha comenzado resignada. «Estoy feliz en mi nueva casa pero dije algo que se malinterpretó» ha reconocido, explicando las dimensiones que llegó a alcanzar el malentendido por los ‘dimes y diretes’: «Fueron a por Joaquín Torres y le dijeron ‘a Tamara no le gusta tu casa’. A Joaquín también le cortaron cachitos de la conversación y se empezó a liar una… Y me empiezan a decir que él me odia», ha relatado.
Dispuesta a poner fin a este enfrentamiento que ni ella misma entendía, la socialité ha revelado que decidió escribir por Instagram al arquitecto para preguntarle ‘qué había pasado’. «Y Joaquín me dice que no ha pasado nada y que él no ha dicho nada». Asunto zanjado.
Y es que Tamara ha querido dejar claro que está «feliz»: «Mi casa es genial, el bloqueo botánico va viento en popa y nos mudamos ya. Me he hecho la cocina de mis sueños» ha revelado con una gran sonrisa, sin confesar, eso sí, la fecha exacta en la que comenzará su nueva vida con Íñigo en el ático que tantos quebraderos de cabeza le ha traido en los últimos días.