En mallas y el día que estaba en ayuno, así fue el día en el que Íñigo Onieva le pidió matrimonio a Tamara Falcó. De lo más peculiar, por supuesto, la colaboradora de televisión ha contado con detalle en ‘El Hormiguero’ la sorpresa que le dio su prometido el día que le hizo la famosa pregunta y lo bonito que fue, a pesar de estar en ropa deportiva y tomándose una sopa.
«Estoy muy contenta» le confesaba a Pablo nada más empezar a hablar de su boda. «Yo estaba tomando mi sopa de ayuno» añadía la Marquesa de Griñón y aprovechando que era su aniversario, Íñigo le hizo escoger mano y dijo «lo has adivinado, ¿te quieres casar conmigo? Le dije que ‘SÍ'».
«Yo creo que voy a ser muy feliz y le voy a hacer muy feliz» aseguraba Tamaraen el plató de ‘El Hormiguero’ y además anunciaba felizmente la fecha en la que se dará el tan esperado ‘Sí, quiero’ con Íñigo: «Nos casamos el 17 de junio en casa de mi padre, en ‘El Rincón’, nuestras familias están muy felices».
La Marquesa de Griñón ha desvelado que «la madre de Íñigo le ayudó con el anillo» y su madre, Isabel, está feliz ante la noticia… aunque todavía queda una famosa celebración, la pedida de mano que tiene que hacer el joven a la Preysler… una tradición antigua que, al parecer, Tamara quiere que se lleve a cabo: «Formalmente, se hace una comida de familias y hay unas copas con amigos».
Tan enamorada está que Tamara asegura que si Putin lanza una bomba nuclear «la sobrevivo con Iñigo» y además ha desvelado que la única persona que se ha emocionado con la noticia, ha sido su florista: «El único que ha llorado es mi florista», ya que los demás seres queridos simplemente le han transmitido su felicidad al haberse enterado.