Todos los grupos del Parlamento Vasco, salvo EH Bildu, han acordado una declaración en la que expresan su «firme condena» a ETA con motivo del décimo aniversario del cese definitivo de la actividad terrorista de la banda. La coalición soberanista no se ha pronunciado respecto al texto en la reunión de la Junta de Portavoces en la que ha sido presentado por el PNV y el PSE-EE, lo que ha impedido que fuera aprobado como declaración institucional al no existir la unanimidad necesaria para ello.
El documento planteado por el PNV y el PSE-EE es un texto alternativo a la propuesta de declaración institucional de condena a ETA presentada este pasado miércoles por PP+Cs, grupo que finalmente, y al igual que Elkarrekin Podemos-IU y la parlamentaria de Vox, se ha sumado al texto de jeltzales y socialistas.
Fuentes de EH Bildu han explicado que su representante en la reunión de la Junta de Portavoces en la que se ha tratado este asunto «no se ha pronunciado» en torno al texto, por lo que no ha dicho «ni sí ni no» al mismo. En este sentido, han denunciado que el hecho de que desde PP+Cs se haya atribuido a EH Bildu, inmediatamente después de la reunión de la Junta de Portavoces, un rechazo al texto demuestra que el objetivo de ese grupo al plantear la propuesta original en torno a este tema «no era llegar a acuerdos» ni lograr una declaración institucional, sino «insistir en la trinchera y la no convivencia».
La declaración expresa la «firme condena» de los grupos ante «la sinrazón y la injusticia que supuso la actividad terrorista de ETA durante más de cuatro décadas», así como la «denuncia de la ilegitimidad de la violencia para conseguir fines políticos».
También expresa su «apoyo y acompañamiento a todas las víctimas que sufrieron esta barbarie». «Decimos alto y claro que este dolor nunca debió suceder. ETA dejó un daño irreparable en toda la sociedad vasca. Abogamos para que la memoria y el honor de las víctimas no queden relegados por una mirada al futuro que olvide el pasado», señala.
Asimismo, los grupos políticos vascos destacan que, transcurridos estos diez años sin violencia terrorista, se vive «en una sociedad más libre, más justa y más respetuosa con los derechos humanos». No obstante, precisan que, si bien «vivimos y convivimos mejor», queda «trabajo por hacer».
En esta línea, apuntan que «el nuevo tiempo exige asumir responsabilidades y reconocer el daño causado». «Tenemos que construir el futuro leyendo bien todas las páginas de nuestro pasado. Seguimos comprometidos en construir la convivencia desde la verdad, la memoria y la justicia», afirman.
Asimismo, señalan su disposición a trabajar por «promover una reflexión plural en la que quede nítidamente expresado que ningún argumento -ni un contexto o teoría del conflicto, ni una tesis sobre bandos enfrentados, ni la denuncia de vulneraciones de signo diferente, ni una razón de Estado, ni la prevalencia del futuro- puede ser invocado para minimizar, justificar o legitimar la violencia de ETA, ni ninguna otra violación de los derechos humanos».
CONSTRUIR FUTURO ENTRE TODOS
Finalmente, manifiestan su deseo de «construir el futuro entre todos y todas». «Respetando los Derechos Humanos, las creencias y los ideales de todas las personas, y sin dejar a nadie atrás. Reconociendo al diferente, empatizando con él y dialogando», precisan.
Asimismo, advierten de que «ese futuro exige un trabajo compartido» por el que están «dispuestos a transitar». «Concluido el ciclo de la violencia, pondremos todos nuestros esfuerzos en reconstruir la convivencia sobre un pilar: el respeto a la dignidad humana y a los Derechos Humanos de todas las personas», concluyen.