Los nadadores Miguel Luque y Toni Ponce fueron los encargados de dar las primeras medallas a la delegación española presente en los Juegos Paralímpicos de Tokio tras conquistar este miércoles sendas platas en los 50 metros braza SB3 y los 200 metros libres S5, respectivamente.
La natación fue fiel y puntual a su cita con el podio. El deporte paralímpico español más laureado vivió una primera jornada positiva, con siete finalistas, pero sólo dos metales, los que realmente más posibles parecían por ranking y las prestaciones en las series matinales.
El honor de abrir el medallero nacional en la capital japonesa fue todo un veterano como Miguel Luque, nadador con discapacidad física. El catalán, en sus sextos Juegos Paralímpicos a sus 44 años, tampoco falló a la cita que tenía con las medallas en su prueba predilecta, unos 50 braza SB3 en donde ha sacado premio desde su debut en Sydney 2000 hasta su segunda plaza en el Centro Acuático de Tokio.
El de Granollers repitió sus platas de Londres y Río de Janeiro en una final apretada en la pelea por el segundo y el tercer puesto, y en la que se había clasificado con el segundo mejor tiempo (50.06), lo que afianzaba sus opciones.
La final fue muy disputada, aunque el oro pareció claro para el ruso Roman Zhdanov, que se lo adjudicó de manera muy clara con un crono de 46.49, nuevo récord del mundo. Por detrás, Luque, el italiano Efrem Morelli y el japonés Takayuki Suzuki pugnaban por los dos premios restantes, y el español supo tener buen final para hacerse con la plata con un crono de 49.08, su tiempo más rápido a nivel paralímpico y 24 centésimas por delante del nipón.
Una hora después le tocó el turno a Toni Ponce, que también llegaba con clara vitola de candidato a tocar metal en los 200 metros libres de la clase S5 para discapacitados físicos. El catalán llegaba como actual subcampeón del mundo y de Europa y como el segundo mejor del ranking del año, y mantuvo ese estatus pese a que fue en las series el más rápido con 2:33.73.
Una final con legado, presente y futuro, ya que estuvo acompañado por el joven Luis Huerta y por el veterano Sebastián Rodríguez. El primero, en su debut paralímpico, peleó hasta los 50 metros finales por el bronce, pero pagó su esfuerzo y terminó siendo superado por un mito como Daniel Dias, mientras que el ‘Chano’ fue octavo.
«Este cuarto puesto me sabe a mucho. A pesar de que me he quedado a las puertas del bronce es impresionante porque me ha costado bastante llegar hasta aquí. Tras los primeros 150 veía que Daniel y yo íbamos igualados, pero al haber peleado los tres largos me ha costado bastante más el último 50. Tengo 20 años y eso se puede trabajar», expresó Huerta.
Por su parte, Ponce, sabedor de que el italiano Francesco Bocciardo era demasiado poderoso, no se obsesionó en quemar energía en perseguirle, y fue perdiendo metros paulatinamente, aunque su ritmo tampoco aflojó y nunca vio inquietada su plata con 2:35.20.
MARQUÈS CEDE SU CORONA PARALÍMPICA
Por otro lado, no hubo suerte en las dos finales de los 400 libres de la clase S9 para discapacitados físicos, donde compitieron Nuria Marquès, que se bajó del podio que encabezó hace cinco años en Río de Janeiro, aunque confesó que esta era una prueba que había «aparcado un poco», mientras que Jacobo Garrido, campeón del mundo, no pudo estar tampoco cerca de las medallas.
La nadadora catalana finalizó en la sexta plaza, con un tiempo de 4:52.64, ligeramente mejor al de las series (4:53.53) y ligeramente peor a su mejor marca de 2021 (4:51.05). «La verdad es que me he encontrado bastante bien, aunque siempre se espera un poco mejor. Me he centrado en los 100 espalda y en el dos estilos, y esta ha sido más para empezar la competición, notar sensaciones y disfrutarla», apuntó a los medios.
Además, Jacobo Garrido, en su debut en unos Juegos Paralímpicos, cumplió con su clasificación para la final, pero tampoco pudo estar en la pelea por las medallas, finalizando en la quinta plaza, con un registro de 4:17.41 y mejorando la marca con la que llegaba a Tokio (4:19.74).
El último finalista del día fue el valenciano David Levecq, que concluyó en la octava plaza de los 50 libres de la clase S10 para discapacitados físicos. «Sabor agridulce porque esperaba mejorar un poco la marca por la tarde, pero el objetivo principal que era la final lo he conseguido y me voy con buenas sensaciones para el resto de pruebas, sobre todo el 100 mariposa, que es la que más he preparado», apuntó.
Finalmente, la extremeña Isabel Yinghua Hernández (50 libres S5), la castellonense Ariadna Edo (100 mariposa S13 –discapacidad visual–) y el vasco Íñigo Llopis (100 libre S8 –discapacidad física–) no pasaron de las series.