La Policía Nacional ha detenido a la supuesta responsable de un piso donde se habría ejercido la prostitución en Granada capital, a su nieto y la novia de éste, en la operación Dominica contra la explotación sexual de mujeres.
A los detenidos, todos de origen colombiano aunque nacionalizada española la principal investigada, se los considera presuntos autores de los delitos de trata de seres humanos, relativos a la prostitución y la explotación sexual, entre otros.
Dos mujeres que estaban siendo explotadas sexualmente han salido de esta situación gracias a dar el paso de presentar sendas denuncias contra los detenidos, ha detallado la Policía Nacional en una nota de prensa en la que ha informado este jueves sobre esta operación.
La investigación tuvo su inicio a principios de diciembre pasado a partir de la información recibida a través de una denuncia formulada por una mujer en el sentido de que había sido explotada en el ejercicio de la prostitución en un domicilio situado en Granada.
Esta mujer, debido a su situación económica y personal, se habría visto obligada a trabajar en labores de prostitución en un club de alterne situado en la localidad jienense de Alcalá La Real, aunque «lo que comenzó como un acuerdo con la titular del negocio, terminó con la exigencia de que no podía discriminar a ningún cliente».
Una inspección realizada por agentes de la Policía Nacional de Jaén, en el club situado en Alcalá La Real, propició el traslado del negocio hasta un piso situado en la ciudad de Granada, el cual se utilizaba como domicilio para las chicas y también como lugar para ejercer la prostitución. Posteriormente el negocio se amplió a un club situado en la localidad granadina de Padul.
A partir de la redada policial, en la que se localizaron a tres mujeres en situación de estancia irregular en el país, la madama ofreció un contrato de trabajo como limpiadora a la fémina y posteriormente supuestamente «la coaccionó amenazándola con echarla del piso y no tramitar la oferta de empleo, exigiéndole que no rechazara a ningún cliente».
Las indagaciones realizadas a partir de la denuncia recibida vinieron a constatar que la víctima era «obligada a ejercer la prostitución, primero en el club y posteriormente en el piso, donde los presuntos proxenetas, tres personas de origen colombiano, la tenían bajo control».
Según la investigación, eran varias las mujeres a su servicio quienes, a veces en un club y otras en el domicilio particular, ejercían la prostitución y recibían parte de lo que los clientes les pagaban por los servicios prestados. Esta situación fue corroborada por la denuncia, recibida con posterioridad, de otra de las compañeras de la mujer que propició el inicio de la investigación.
Finalmente, los agentes detuvieron a la encargada de la explotación de las trabajadoras, así como a su nieto y la novia de éste, quienes, en ausencia de la encargada, se habrían ocupado de las gestiones del club.