Twitter es capaz de ganar hasta 19 millones de dólares (alrededor de 17’5 millones de euros) con las impresiones que generan las cuentas restablecidas por la plataforma y que en su día inhabilitó por distribuir contenido inadecuado.
El actual dueño de Twitter, Elon Musk, compró la plataforma presumiendo de sus planes para implantar en ella un sistema que favoreciera la libertad de expresión. De ahí que una de sus primeras medidas fuera el restablecimiento de cuentas suspendidas por infringir sus normas de uso, una penalización con la que el magnate nunca ha estado de acuerdo.
A finales de enero, Twitter anunció que tomará medidas «menos severas» de cara a las cuentas que hayan incumplido sus políticas, a fin de reservar la suspensión de las cuentas por «violaciones graves o continuas de estas».
También desde hace unos días la plataforma permite a los propietarios de cuentas suspendidas solicitar su revisión para restablecerla en base a los nuevos criterios de Twitter.
Recientemente el Centro para contrarrestar el odio digital (CCDH, por sus siglas en inglés) ha realizado un informe entre cuyas conclusiones destaca que la plataforma genera cifras millonarias con tan solo 10 cuentas que alguna vez fueron prohibidas en la red social.
Según datos de este estudio, a los que ha podido acceder Engadget, el CCDH analizó el compromiso de Twitter con esa decena de perfiles después de que la red social los bloqueara por «publicar contenido de odio y conspiraciones peligrosas» y volviese a restablecerlas tras la adquisición de la empresa por parte del dueño de Tesla.
Entre algunos de los perfiles analizados se encuentran las cuentas del ‘influencer’ Andrew Tate; el fundador de la web supremacista Daily Stormer, Andrew Anglin; así como el conocido antivacunas Robert Malone.
«En un día normal, los tuits de las 10 cuentas recibieron un total combinado de 54 millones de impresiones. Proyectando esta media a lo largo de 365 días, se puede esperar que las cuentas alcancen casi 20.000 millones de impresiones en el transcurso de un año», ha puntualizado la organización.
Para conocer cuántos ingresos publicitarios podrían generar esas impresiones para Twitter, el CCDH creó tres cuentas nuevas y comenzó a seguir en exclusiva a esos 10 usuarios conflictivos con cuentas reestablecidas.
Entonces, se comprobó que la plataforma introducía anuncios aproximadamente una vez cada 6,7 tuits. A partir de esa cifra y usando datos de la firma de análisis Brandwatch, estimó que «los anuncios de Twitter cuestan un promedio de 6,46 dólares por cada 1.000 impresiones».
De ese modo, y haciendo un sumatorio de los ingresos generados diariamente, concluyó que se llegría a «una cifra total de hasta 19 millones de dólares en ingresos publicitarios anuales estimados en todas las cuentas».
A pesar de ser solo estimaciones, la organización ha subrayado que estos datos demuestran la importancia de este tipo de cuentas en la plataforma en términos económicos, ya que pueden generar buena parte de sus ingresos.
Asimismo, el CCDH ha presentado en su informe varias demostraciones de publicidad propiedad de anunciantes destacados junto a publicaciones de carácter ofensivo o perjudicial para los usuarios.
Ejemplo de ello es el anuncio del servicio Prime Video a continuación de un tuit de Anglin en el que comentaba que «la única carrera que una mujer es realmente capaz de hacer es la prostitución».