Twitter tiene una nueva política para su red social en relación a la libertad de expresión, ya que permitirá la publicación de mensajes negativos y de odio, pero limitará la capacidad de verlos y de generar ingresos.
El actual dueño y director ejecutivo de Twitter, Elon Musk, ha anticipado los trabajos que están haciendo en la red social en línea con la nueva política: «Es libertad de expresión, pero no libertad de alcance», ha diferenciado en una publicación compartida en su perfil personal.
El magnate explica que los mensajes negativos o de odio «se reducirán al máximo y se desmonetizarán, por lo que no habrá anuncios ni otros ingresos para Twitter». Es decir, ese tipo de discursos estarán permitidos, pero carecerán de visibilidad. «No encontrarás el tuit a menos que lo busque específicamente, lo cual no es diferente del resto de Internet», afirma.
Esta nueva postura, como ha matizado Musk, se aplicará a los ‘tuits’ individuales y no a cuentas de usuario.
New Twitter policy is freedom of speech, but not freedom of reach.
Negative/hate tweets will be max deboosted & demonetized, so no ads or other revenue to Twitter.
You won’t find the tweet unless you specifically seek it out, which is no different from rest of Internet.
— Elon Musk (@elonmusk) November 18, 2022
Musk ha sido siempre crítico con la forma en que esta red social permite y fomenta la libertad de expresión, y así como con las herramientas de moderación de la plataforma. A principios de año lanzó una encuesta para sus seguidores, a quienes recordó que «la libertad de expresión es esencial para una democracia que funcione» y preguntó si consideraban que Twitter se adhería «rigurosamente» a este principio.
«Dado que Twitter funciona como un ágora de facto, no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia», defendió entonces. Con anterioridad, en otra encuesta, había planteado la necesidad de que el algoritmo de Twitter fuese de código abierto.
A finales de octubre, tras anunciar el cierre de la adquisición de Twitter, el también CEO de Tesla y Space X aseguró, en una primera publicación dirigida a los anunciantes, había comprado Twitter «porque es importante para el futuro de la civilización tener un ágora común digital, donde una amplia gama de creencias puedan debatirse de una manera sana, sin recurrir a la violencia».
Aseguró también que «hay en al actualidad un grave riesgo de que los medios de comunicación se escindan en las cámaras de resonancia de la extrema derecha y la extrema izquierda que generen más odio y dividan nuestra sociedad». Esta polarizacion la vincula con la búsqueda de los clics, que posteriormente se traducen en dinero.
Aunque también ha dicho que esta red social «no puede convertirse en una batalla campal infernal, donde se puede decir todo sin consecuencias». Para ello, señaló su apuesta por la experiencia personalizada y por la publicidad «que sea lo más relevante posible» para las necesidades de los usuarios.