Una de cada cuatro mujeres ha sufrido acoso mientras corría por Madrid, el doble que los hombres, y estas situaciones se han producido sobre todo en parques y por la tarde o por la noche.
Así se desprende del estudio ‘Práctica de running en Madrid desde una perspectiva de género’, elaborado por el RACC y Zurich Seguros, y presentado este jueves en una rueda de prensa telemática. El trabajo se basa en una encuesta realizada a 1.049 personas aficionadas a correr (407 mujeres y 642 hombres) y observaciones a 17.224 corredores en tres días laborables de 8.00 a 10.00 y de 17.00 a 22.00 horas en cinco puntos de Madrid: calle Bravo Murillo, Casa de Campo, paseo de la Castellana, Madrid Río y Parque del Retiro.
En la presentación del estudio participaron Cristian Bardají, director del Área de Movilidad del RACC; Alba Rey, jefa de estudios del Área de Movilidad del RACC, y Sonia Mansilla, directora de Marketing de Zurich Seguros.
Un 25% de las mujeres encuestadas afirma haber sufrido acoso mientras corría en algún lugar de Madrid, más del doble que los hombres (12%). Estas situaciones violentas se producen más en parques (49% en el caso de las mujeres y 43% en el de los hombres) y por la tarde o ya de noche (48% en ellas y 45% en ellos).
Casi todas las mujeres (96%) asegura tomar medidas de seguridad personal cuando salen a correr (el 76% evita ir por zonas mal iluminadas y solitarias, el 65% elige franjas horarias con gente y un 41% va acompañada), frente al 74% de los hombres.
MÁS INSEGURIDAD EN CASA DE CAMPO
De las cinco ubicaciones analizadas, la Casa de Campo es la que genera más inseguridad a mujeres y hombres para ir a correr durante el día. Por el contrario, las mujeres se sienten más protegidas en el paseo de la Castellana. Cuando anochece, la percepción de peligro aumenta en todas las localizaciones analizadas (en el caso de las mujeres, sobre todo en la Casa de Campo, seguida del Parque del Retiro).
Además, las mujeres tienen una mayor sensación de vulnerabilidad que los hombres, ya que el 80% considera inseguro correr en zonas mal iluminadas (por el 51% de los hombres), el 71% declara sentir inseguridad en zonas con poca visibilidad o arbustos (41% de los hombres) y un 44% admite tal sensación al cruzarse con grupos de gente (30% de los hombres). De hecho, un 28% de ellas se ha planteado dejar de correr por situaciones de acoso y agresiones vividas, frente a un 12% de ellos.
Las mujeres conocen algo más que los hombres la existencia de plataformas digitales para correr en grupo, pero las utilizan menos que ellos. Y sólo un 47% de los ‘runners’ lleva ropa o elementos reflectantes en condiciones de poca luz, como la madrugada, al atardecer o de noche.
Un 16% de las personas encuestadas declara que no corría antes de la pandemia de la covid-19 y una de cada cuatro lo hace ahora más que antes. Los hombres son más exigentes que las mujeres en cuanto a la contaminación acústica y del aire de Madrid.
Respecto a las observaciones realizadas, el 70% de las mujeres corren solas de día (por el 78% de los hombres), porcentaje que se reduce al 49% por la noche. Ellas practican este deporte en grupo sobre todo en la Casa de Campo y de noche en el Retiro y en Madrid Río. Los hombres corren más en grupo por la noche en la Casa de Campo.
RECOMENDACIONES
El informe incluye recomendaciones para las administraciones públicas con el propósito de crear espacios más seguros y entornos más agradables y reconfortantes para las personas aficionadas a correr, como crear campañas de información para la seguridad personal y vial de los corredores, identificar actuaciones necesarias para eliminar los ‘puntos negros’ y que haya más mujeres en la redacción de documentos de planificación urbana.
Los consejos para los ‘runners’ son no llevar auriculares; correr por zonas frecuentadas por otros corredores, peatones o vehículos; elegir una ruta conocida y con buena iluminación; informar a familiares o amigos del itinerario y horario; usar dispositivos o ‘apps’ de rastreo en directo y para ir en grupo por la noche; llevar ropa reflectante en lugares sin iluminación o con mucho tráfico de vehículos, y correr por la acera, parques o espacios verdes en el ámbito urbano y por el carril en el sentido que permita encontrase los vehículos de cara en el ámbito interurbano o rural.