Un 41% de personas que se consideran amigas aseguran no hablar nunca entre ellos de sentimientos negativos como frustración o miedo y casi la mitad (47%) admite que con quien más les cuesta sentirse vulnerables son con las personas con las que comparten una amistad.
Así se despende del estudio sociológico ‘Lo que nunca nos decimos’ presentado por Ron Brugal coincidiendo con la celebración del festival Mad Cool en Madrid. La encuesta, realizada a más de 1.000 personas de entre 18 y 65 años, refleja que los españoles consideran a sus amigos una de sus principales fuentes de apoyo y sienten agradecimiento hacia ellos, pero dan estos sentimientos por sentado más a menudo de lo que hablan de ellos.
Los resultados apuntan, además, a que la diferencia a la hora de hablar de sentimientos con amistades, con una pareja o con la familia es importante. Así un 32% de los participantes admite decir «te quiero» a sus respectivas parejas todos los días, un 9% se lo dice todos los días a su familia y solo un 4% a sus amigos. Esta tendencia a que los amigos sea a quienes menos se dicen las cosas o con quienes menos se habla de sentimientos se da en la mayoría de situaciones estudiadas. Así, el 49% de los encuestados admite que nunca ha dicho «te quiero» a sus amigos más cercanos.
Sin embargo, la mitad de los participantes (47%) afirma sentirse comprendido y apoyado cuando hablan de sentimientos con sus amigos. Pero, aunque la sensación a posteriori sea buena, en el momento de tener la conversación, los españoles se sienten incómodos (36%), avergonzados (45%) e incluso débiles (47%).
Así, apenas uno de cada cuatro se siente «muy cómodo» hablando con sus amigos de sentimientos, una cifra mayor entre las mujeres (17%) que entre los hombres (10%). Cuando hay una excusa, por ejemplo, alguien que está pasando un mal momento, tener este tipo de conversaciones resulta más fácil para el 55% de los encuestados.
La encuesta, que ha inspirado la campaña ‘La amistad verdadera’ de Ron Brugal, también revela que los amigos son más vistos como alguien con quien compartir información más banal, frente al papel que juega una pareja en cuanto a confidencias. Cuando reciben una buena noticia, el 64% de los encuestados llamaría primero a su pareja, frente a un 7% que llamaría a su mejor amigo o amiga. Si la noticia es mala, las cifras apenas cambian: un 61% llamaría a su pareja y un 10% a una amistad.
Sin embargo, si lo que se quiere contar es un cotilleo, la tendencia a acudir a los amigos sube a un 43% de los encuestados, y la de contarlo a la pareja también hasta el 43%. Estos resultados se contradicen con la afirmación por parte de casi 9 de cada 10 participantes en el estudio, que afirman estar muy satisfechos con el apoyo recibido por sus amigos en los peores momentos. Aquí, las respuestas apuntan también a que se infravalora a los amigos como confidentes de malas noticias, ya que, de ese 88%, un 37% afirma que el apoyo recibido fue «mejor o mucho mejor» de lo que se esperaban.
Las fiestas son el contexto en el que los amigos están
más abiertos a hablar de sus sentimientos; un 35% de los encuestados reconoce que es su situación preferida, seguido de un 25% que escoge los viajes o escapadas y un 23% que prefiere, directamente, abordar estos temas por WhatsApp.
Por otra parte, casi 8 de cada 10 participantes reconoce que ve a sus amigos menos de lo que debería, y 6 de cada 10 hablan con ellos menos de lo que les gustaría. Paradójicamente, un 62% admite que nunca o casi nunca les dice a sus amigos que les echa de menos.
A pesar de todos los motivos que existen para estar agradecido, casi dos de cada 10 participantes nunca ha dado las gracias a ninguno de sus amigos por su amistad.