En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la inteligencia artificial (IA) se presenta no solo como una herramienta de desarrollo, sino también como una posible solución a problemas sociales complejos como la delincuencia y la rehabilitación.
El biólogo molecular yemení Hashem Al-Ghaili plantea una visión inquietante sobre el futuro de las prisiones bajo un concepto que él llama “Cognifiy”, con el que cree que podría «reprogramar» a prisioneros en tan solo minutos.
¿Cómo serían estas cárceles del futuro?
Según su planteamiento, las cárceles tradicionales podrían ser reemplazadas por sistemas de IA que controlan y monitorean a los reclusos en entornos virtuales. La idea es que, en lugar de estar físicamente encarcelados, los delincuentes serían sometidos a una prisión digital, donde sus movimientos y acciones estarían estrictamente controlados por algoritmos avanzados.
La propuesta incluye la implantación de recuerdos falsos en delincuentes mediante IA para rehabilitarlos. Según el científico detrás de esta idea, la creación de recuerdos artificiales podría ayudar a los delincuentes a reformarse al hacerles creer que han vivido experiencias que los disuaden de cometer crímenes en el futuro.
“Esta instalación está diseñada para tratar a los criminales como pacientes. En vez de pasar años en una celda de prisión, los prisioneros podrían terminar sus sentencias aquí en unos pocos minutos. Cognify podría algún día crear e implantar memorias artificiales directamente en el cerebro del prisionero”, explica el científico.
La propuesta ha generado un debate ético considerable. Implantar recuerdos falsos podría considerarse una forma de manipulación mental, lo que plantea serias preocupaciones sobre el consentimiento y la autonomía individual. Además, la efectividad de esta técnica en la rehabilitación a largo plazo sigue siendo incierta.