Un ciudadano italiano, sitiado por tropas rusas, se niega a abandonar sus 400 animales

Redacción

Un italiano que gestiona un refugio con más de 400 animales se encuentra atrapado cerca de Kiev, en una zona al norte de la capital ucraniana rodeada por las tropas rusas, sin agua y sin comida, y su familia ha lanzado la alerta para lograr una intervención de los autoridades.

El exfotógrafo Andrea Cisternino, de 63 años, y sus cuatro colaboradores llevan dos días sin comida ni agua, como tampoco disponen de alimento para sus animales, asegura su esposa, Vlada Shalutko, en un llamamiento recogido por los medios italianos.

«Mi marido se había aprovisionado antes de que empezara la guerra, pero ahora todo ha desaparecido. Y hay 400 perros, gatos, ovejas, caballos, vacas y otros animales que alimentar», dice la mujer, que asegura no sabe nada de su esposo desde hace dos días, cuando le llamó para decirle que «estaba vivo. Después nada más».

La idea es lograr que la Cruz Roja pueda llegar a la zona con suministros, pero para ello se necesita un difícil acuerdo entre ucranianos y rusos, por lo que Shalutko, que sí consiguió abandonar Ucrania en los primeros días del conflicto, apela a la intervención del Gobierno italiano, que ya ha anunciado que sigue «con atención» el caso.

La Embajada italiana en Ucrania, que actualmente está en Leópolis, y la unidad de crisis del Ministerio de Exteriores se están movilizando para intentar ayudar al fundador del refugio, con el que ya han contactado, aunque su situación es complicada, al encontrarse en un lugar circundado por el Ejército ruso, según las mismas fuentes.

El Ministerio de Exteriores, que cifra en 276 los ciudadanos italianos que aún permanecen en Ucrania, recordó que el pasado 12 de febrero lanzó su primera recomendación para que sus ciudadanos abandonaran temporalmente el país, dado el empeoramiento de la situación de seguridad.

Cisternino, que lleva 13 años viviendo en Ucrania, desde que fundó el refugio para los animales, había declarado en redes sociales en los primeros días de la guerra que no pensaba abandonarlos y que estaba dispuesto «a morir por ellos» si fuera necesario.

El refugio, una estructura de 20.000 metros cuadrados con más de 400 animales salvados del maltrato y la cría, se encuentra en el norte de Kiev, cerca de Lyutizh, una zona actualmente bajo control militar ruso.

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