Un fallo en el sistema de propulsión, que está provocando una pérdida crítica de propulsor, ha complicado los primeros compases del viaje a la Luna del aterrizador Peregrine de EEUU.
«El equipo está trabajando para intentar estabilizar esta pérdida, pero dada la situación, hemos priorizado maximizar la ciencia y los datos que podemos capturar. Actualmente estamos evaluando qué perfiles de misión alternativos pueden ser factibles en este momento», explica Astrobotic, fabricante de la misión, en una actualización de una serie de comunicados sobre el problema.
Después de separarse con éxito del cohete Vulcan de United Launch Alliance, tras el lanzamiento de este 8 de enero, el módulo de aterrizaje lunar Peregrine de Astrobotic comenzó a recibir telemetría a través de la Red de Espacio Profundo de la NASA.
Tras la activación exitosa de los sistemas de propulsión, Peregrine entró en un estado operativo seguro, que afectó a las comunicaciones. Se produjo una anomalía que impidió a Astrobotic lograr una orientación estable hacia el Sol, y hacer posible una aterrizaje controlado en la Luna.
Mediante una maniobra improvisada, el equipo logró reorientar el panel solar de Peregrine hacia el Sol lo que hizo posible cargar la batería. Sin embargo, el fallo de propulsión incluye una pérdida crítica de combustible.
Primera misión de EEUU a la superficie lunar en más de 50 años, Peregrine es una misión contratada por la NASA con empresas privadas, y aloja varios instrumentos científicos de la agencia espacial.