Un Giro afectado por el calendario busca sucesor al ausente Carapaz

Redacción

El Giro de Italia 2020 empieza este sábado en Sicilia y lo hace con la primera de las tres ‘cronos’ que presenta en su recorrido, con mucho protagonismo también para la alta montaña, y con una apuesta abierta respecto a quién será el sucesor del ausente Richard Carapaz, vigente campeón de la ‘corsa rosa’.

Debía empezar en Budapest (Hungría), pero la pandemia ha retocado esa salida, además de su fecha. Que el Giro se dispute entre el 3 y el 25 de octubre es inusual, como lo es verle afectado en su participación por coincidir con ‘clásicas’ y ‘Monumentos’ y con la Vuelta a España.

Mermado, seguramente, en cuanto a aspirantes a vestir la ‘maglia rosa’ tras la contrarreloj final en Milán, este Giro, en su 103ª edición, sigue siendo interesante. Quizá, en cuanto a recorrido, y como ha venido pasando en algunas ediciones anteriores, la que más entre las tres ‘Grandes’.

Aún así, pese a la ausencia del vigente poseedor de la ‘maglia rosa’, un Richard Carapaz que hizo Tour y no está para el Giro, hay varios candidatos a sucederle. Empezando por su ahora compañero en el Ineos Grenadiers Geraint Thomas, ‘dolido’ por quedar fuera del Tour y motivado por tantos kilómetros contra el reloj, donde es especialista.

Pero, en un Giro de Italia, hay que mirar a los transalpinos y ahí destaca Vincenzo Nibali (Trek-Segafredo), que sí apuesta en firme por esta ‘corsa rosa’ que ya ganó en 2013 y 2016. Quizá pierde peso por las cronos, pero tiene también terreno escalador donde hacer daño.

Jakob Fuglsang (Astana), que el año pasado vio truncado su gran inicio de 2019 por una caída y lesión, lidera un fuerte equipo kazajo junto a Miguel Ángel López, un segunda espada de peso. Otros grandes aspirantes serían Simon Yates (Mitchelton-Scott), ganador de la Vuelta a España 2018 y tres etapas en el Giro, o Steven Kruijswijk (Jumbo-Visma), que busca su primera ‘Grande’.

GRAN RECORRIDO Y PEOR CALENDARIO

Todos ellos pugnarán en un recorrido total de 3.497,9 kilómetros que presenta varias etapas interesantes. La primera, la ‘crono’ inicial entre Monreale y Palermo, de 15,1 kilómetros. Habrá otra ‘crono’ en la etapa final de 15,7 kilómetros, y la más larga será la de la etapa 14, entre Conegliano y Valdobbiadene, de 34,1 kilómetros.

Más allá de la lucha individual contra el reloj, este Giro tiene montaña, y mucha, como no podía ser de otra manera. De nuevo se subirá la ‘Cima Coppi’, el techo del Giro, en el Passo dello Stelvio (2.758 metros), con una subida de 24,7 kilómetros con una pendiente media del 7,5 por ciento y rampas rozando el 10 por ciento cerca de la cima.

Forma parte de una etapa 18 en la que es el penúltimo de los cuatro puertos de montaña, y tras su descenso se subirá al debutante Laghi di Cancano, con grava en sus kilómetros finales. Dos días después, la etapa 20, la penúltima, cuenta con el Colle dell’Agnello (21,3 kilómetros y media del 6,8 por ciento de desnivel), el Col d’Izoard y el Col de Montgenèvre (8,4 kilómetros al 6%), antes de la subida final a Sestriere (11,4 kilómetros al 5,9%).

Pero no toda la alta montaña está al final del Giro de Italia, no. En la tercera etapa, y por tercera vez en los últimos cuatro años, el Monte Etna siciliano pondrá ya a prueba a los aspirantes, con sus 18,2 kilómetros de subida con una pendiente media del 6,8 por ciento y rampas más duras cerca de la cima.

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