Un pescador sobrevivió de manera milagrosa al ataque de cuatro cocodrilos en Zimbabwe.
Alexander Chimedza salió a recoger a un pantano gusanos como cebo para sus capturas, y cuando se acercó a la orilla fue sorprendido por los reptiles.
“Los cocodrilos deben haber estado esperándome, porque en el momento en el que toqué la maleza fui atacado”, comentó Chimedza a medios locales.
“Uno de ellos trató de agarrar mi mano izquierda, pero instintivamente lo esquivé, pero otro me agarró la mano derecha” y le arrastraron hasta el agua. Allí uno más le mordió el muslo y le desgarró el talón de Aquiles.
Sus compañeros, testigos de los hechos, lanzaron piedras tratando de ahuyentar a las bestias.
Según el testimonio de la víctima, una vez en el agua logró zafarse de las fauces de los animales y pudo ser rescatado del agua con la ayuda de un palo al que se agarró.
Una vez en tierra perdió el conocimiento y fue trasladado de urgencia a un hospital, donde precisó de varias horas de cirugía.
Los médicos lograron implantarle placas de metal para unirle algunos huesos rotos, además le reconstruyeron el tendón de Aquiles y le hicieron injertos de piel.