El Juzgado de Instrucción número 2 de Ávila ha abierto diligencias por la muerte de Rosario Porto, cuyo cadáver fue hallado ayer colgado en su celda de la cárcel abulense de Brieva, donde cumplía condena de 18 años por el asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra.
En el presente caso, la apertura de diligencias, sin delito concreto, es una práctica habitual ante el hallazgo de un cuerpo sin vida, tal y como han apuntado a Europa Press fuentes del Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con lo que las mismas concluirían en el correspondiente sobreseimiento si la autopsia practicada a la reclusa y los análisis de las muestras remitidas al Instituto Nacional de Toxicología no arrojaran indicios de criminalidad.
Porto utilizó una tela para suicidarse amarrándola a la ventana de su celda, donde no se ha encontrado carta ni escrito aunque había recogido todas sus pertenencias y las había metido en bolsas.
Fueron los funcionarios de vigilancia de la prisión abulense quienes encontraron el cuerpo de Rosario Porto después de que no bajara a desayunar y fuera vista con vida en la inspección de recuento que se realiza a las 8 horas. Los funcionarios volvieron a la celda y se encontraron a Rosario Porto inconsciente, por lo que practicaron maniobras de reanimación, que no dieron resultado.
Rosario Porto, junto a su marido, Alfonso Basterra, fue condenada en 2015 por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia por la muerte de su hija, de 12 años, ocurrido dos años antes.
Porto, que entró en la prisión de A Lama, en Pontevedra, para cumplir su condena, y que luego pasó a la de Teixeiro, y desde allí, el pasado mes de marzo a la Brieva, contó hasta en seis ocasiones con protocolo antisuicidios, ya que en 2017 fue encontrada inconsciente en su celda tras ingerir pastillas y un año después se enroscó un cordón al cuello cuando estaba en la ducha, aunque los funcionarios de prisiones evitaron su muerte.
El pasado mes de marzo, Rosario Porto, abogada de profesión, fue trasladada hasta la prisión de Brieva, donde su estado «mejoró» ya que se integró plenamente con el resto de las internas, además de que estaba «muy bien valorada» por ellas.
El protocolo antisuicidios no se puede mantener de forma indefinida ya que implica que el interno esté 24 horas supervisado con lo que se denomina ‘preso sombra’, normalmente en la enfermería. La buena evolución experimentada por Rosario Porto desde su llegada a Brieva llevó a los psicólogos a renunciar a dicho protocolo.