Un niño de 2 años de Orlando, Florida (EEUU), estuvo a punto de morir tras tragarse 16 pequeñas bolas magnéticas que una de sus hermanas había traído a casa del colegio y que le causaron un perforación estomacal, informaron este miércoles medios locales.
La madre del niño, Hanna Arrington, preocupada por los síntomas de dolor de estómago que mostraba el menor, lo llevó a urgencias, donde los médicos detectaron las bolas metálicas en su estómago y le practicaron una extensa operación para extraérselas, recogió el canal ‘Wesh2’.
Cada vez que el niño veía las bolas y se tragaba una, esta bajaba a su tracto digestivo y se pegaba a la anterior hasta acabar haciendo un agujero en su estómago hacia la zona del colón, explicó Arrington.
El niño terminó tragándose 16 bolas “y no teníamos ni idea”, agregó la madre muy afectada, puesto que, pese a que se las extrajeron en el hospital, el niño aún tiene que utilizar un tubo de alimentación porque no retiene los alimentos.