Una mujer de Alaska fue atacada por un oso cuanto utilizó un cuarto de baño construido en el campo.
«Me senté en el retrete e inmediatamente algo me mordió el trasero», declaró Shannon Stevens el jueves en medios locales. «Me levanté de un salto y grité de dolor», continuó.
La mujer se había trasladado a una cabaña en el noroeste de Haines, en el sureste de Alaska, el pasado 13 de febrero en compañía de su hermano y la novia de éste.
Tras escuchar los alaridos, el hermano encontró a Stevens herida. Al principio pensaron que había sido mordida por una ardilla o un visón pero al inspeccionar el inodoro, el joven se percató de la presencia de plantígrado. «Abrí el asiento del retrete y vi un oso debajo, simplemente mirando hacia arriba a través del agujero, directamente hacia mí», dijo. «Inmediatamente cerré la tapa y dije: ‘Hay un oso ahí abajo, tenemos que salir de aquí ahora’ ”, continuó.
Aunque la mujer sangraba abundantemente por el trasero, sus heridas no eran graves, por lo que no tuvo que ser trasladada a un hospital y fue tratada en la cabaña.
La familia cree que el animal pudo colarse por una abertura para extraer los restos colocada en la base de la caseta.