Para todas aquellas personas que buscan vacaciones diferentes, la Fundación Atyla organiza planes de aventura que consisten en viajar en barco como si fuera una travesía realizada en el siglo XVIII. El Atyla es el único barco de madera en toda España en el que se hacen viajes de aventura a nivel internacional.
La posibilidad es extraordinaria y singular, ya que consiste en formar parte de la tripulación de una nave histórica y participar en todas las actividades a bordo. Entre ellas, están las maniobras de atraque y desatraque, manipular las velas, subir a los mástiles y llevar el timón.
Vivir un viaje único en el velero Atyla
Los viajes duran entre 5 y 10 días y el velero navega por distintos sitios de la costa de España, como la Costa del Sol o el golfo de Vizcaya, entre otros. A bordo, el idioma oficial es el español en la mitad de viajes y el inglés en la otra mitad, para que cualquiera pueda elegir el viaje que más le guste.
Las personas que viajan en el velero Atyla provienen de distintos países y culturas, por lo que la convivencia es una oportunidad para compartir experiencias y aprender de la diversidad. Los viajes empiezan desde distintos lugares y hay disponibles planes de vacaciones en el País Vasco, en Asturias y en Galicia, entre otros puntos posibles.
La experiencia en el velero es placentera, pero también exigente y desafiante. Se trata de unas vacaciones en las que es posible desconectarse por completo, ver amaneceres y atardeceres inolvidables, disfrutar de la fauna marina y, si las condiciones meteorológicas lo permiten, nadar en medio del mar. También es una oportunidad para hacer nuevos amigos y conocer varias ciudades, siempre con el barco como hogar.
La importancia del trabajo en equipo y la responsabilidad
En las travesías que organiza la Fundación Atyla se fomenta el desarrollo de distintas habilidades como la inteligencia emocional, porque es necesario prestar atención, empatizar y comprender los sentimientos de los compañeros de viaje. En el mismo sentido, a bordo del velero, es fundamental el trabajo en equipo y la responsabilidad.
Por último, y hablando de responsabilidad, este es un plan de vacaciones respetuoso con el medioambiente, ya que el barco se mueve con la fuerza del viento (energía eólica) y que las operaciones a bordo tienen siempre en cuenta reducir la huella de carbono de los viajes y promover la responsabilidad medioambiental a largo plazo de las personas implicadas.
En el sitio web de la Fundación Atyla es posible consultar cuáles son los próximos viajes del velero para apuntarse a unas vacaciones diferentes e inolvidables.