Un robot de tres brazos entrenado para imitar a un director de orquesta humano hizo su debut en la ciudad alemana de Dresde, dirigiendo música compuesta especialmente para complementar las habilidades del aparato.
El robot consta de tres estructuras separadas en forma de brazo que llevan batutas y recuerdan a los sables de luz de Star Wars.
La máquina dirigió a los músicos de la orquesta Dresdner Sinfoniker en dos actuaciones durante el fin de semana.
El robot fue entrenado para reconocer el tiempo de compás y dar indicaciones con los distintos brazos, capaces de moverse independientemente unos de otros.
El robot dirigió la obra Semiconductor’s Masterpiece, realizada por el compositor y pianista Andreas Gundlach y encargada por la Dresdner Sinfoniker.
El robot fue capaz de utilizar sus tres brazos para guiar a tres grupos separados de la orquesta, una habilidad que no hubiera sido posible con un solo director humano.