La mayoría de feligreses que asistieron a la misa de fin de año en una iglesia de la región italiana de Lombardía se marchó y dejó al sacerdote con la palabra en la boca mientras pronunciaba su homilía, en la que criticó con dureza las vacunas contra el coronavirus y las restricciones para frenar la pandemia, informaron hoy los medios locales.
El suceso ocurrió en una iglesia situada entre las provincias de Pavía y Milán, y ya ha sido denunciado ante la Curia de Milán. El cura, identificado por los medios locales como Tarcisio Colombo, se ha defendido de las acusaciones y ha dicho que «en la vida también hay que saber escuchar a quien tiene una opinión diferente».
La rápida difusión de la variante ómicron, que ha llevado al país a superar el récord de casos diarios, ha obligado al Gobierno italiano a decidir que desde el 10 de enero se exigirá el certificado sanitario reforzado (que se obtiene en Italia cuando se ha sido vacunado o se ha pasado la enfermedad) para poder acceder a los medios de transporte, además de a hoteles, ceremonias o festivales. Ahora se pide para el ocio y para consumir en el interior de bares y restaurantes.