La salsa, que nació en las calles de Nueva York para conquistar el mundo, sirve ahora a la policía neoyorquina para estrechar relaciones con los barrios a través de un programa piloto que busca llevar el cadencioso ritmo a escuelas.
El novedoso experimento se va a desarrollar durante el mes de octubre en una escuela «charter» (semiprivada) de El Bronx.
La protagonista principal será La Jara, la banda de la policía que toma el nombre del calificativo que los puertorriqueños reservan para la policía, y que según algunas versiones procede del nombre de un jefe policial irlandés llamado O´Hara y que marcó el recuerdo de la comunidad.
La Jara musical es oficialmente la banda de 17 uniformados, cuatro de ellas mujeres, que además de cumplir con sus funciones de orden público, amenizan eventos comunitarios, haciendo que muchos, rendidos a su ritmo, se entreguen al baile.
La idea de La Jara consiste actualmente en llevar la salsa a las escuelas para estrechar así lazos con las comunidades.
Las relaciones entre comunidades de minoría y la policía de Nueva York no han sido las mejores debido a casos de brutalidad y a políticas como la desaparecida «parar y cachear», declarada inconstitucional por un tribunal federal, que afectó principalmente a negros y latinos.
«Este es un proyecto para la juventud: la idea es ir a las escuelas y hablar con los chicos», dijo a Efe el capitán Alex Cedillo, cantante y fundador de La Jara allá por 2013.
En la iniciativa participan además el Museo Internacional de la Salsa (aún en proyecto) y la fundación del músico Ron Carter, uno de los contrabajistas con más grabaciones en la historia del jazz y que se encargarán de contactar a artistas y otros conocedores de estos géneros para hablar con los chicos y enseñarles a tocar.
«Hoy en día, más que nunca, necesitamos unir a la policía con la comunidad. Nosotros vamos a integrar la música y llevarla a diferentes escuelas», agregó el ecuatoriano.