La poesía de Alejandra Belén va de corazón en corazón al ritmo mismo de la vida. En su pluma apasionada, sus raíces sudamericanas se entremezclan con un lenguaje universal de sentimientos comunes a todas las personas.
Hoy, la escritora hace vida en Norteamérica, pero su propuesta literaria viaja por todo el mundo mediante el mágico mundo digital, que acorta distancias y revela talentos como el de esta poeta que sigue sembrando letras en su camino, con la precisión y la disciplina de una auténtica “ingeniera de palabras”.
Como hija del sur de América, ¿de qué manera tus raíces culturales y los países donde has vivido han enriquecido tu obra?
«Sudamérica cuenta con una riqueza cultural que ha influido profundamente en mi obra, como fuente constante de inspiración. Desde la música hasta los mitos y leyendas que han sido transmitidos de generación en generación. La gente, la comida, las tradiciones, la alegría que nos caracteriza; incluso los prejuicios, son elementos que, combinados, me han permitido enriquecer mi escritura. He vivido en diferentes lugares. Colombia y Venezuela fueron mi nido, pero residir y visitar otros países del sur, en especial Argentina, imprimieron identidad a esas partes de mí que vagaban sin nombre. Fue como saberme conectada por esas mismas fibras que unen trece países, por encima de las fronteras: el entusiasmo, las fiestas para suavizar las luchas, y la constante resiliencia. Mi herencia cultural es ancestral, devota a la tierra, al poder supremo del universo y al creador. ¿Cómo no saberme hija de todo aquello que inicialmente fue una sola región? Es mi verdadero origen. Aunque ahora, irónicamente, me encuentro en el Norte de las Américas.»
¿Qué significado tiene identificarte como «ingeniera de palabras»?
«Pasé siete años de mi vida estudiando por el título, de Ingeniera Petroquímica, pero las letras eran y siguen siendo mi llamado y latido. Identificarme como Ingeniera de Palabras tiene una historia, un antes y un después. Significa la decisión que cambiaría mi vida por completo. Es el resultado de tomar el aprendizaje de una carrera que no ejercería, y llevarlo conmigo, a emprender un nuevo rumbo, en el que camino que desde entonces, la poesía ha abierto para mí. Como escritora y también ingeniera, me gusta pensar en mi escritura como a un organismo, al que le doy vida en un laboratorio de palabras, con sentimientos y emociones. Me gusta ser muy cuidadosa en mi proceso de escritura, construyendo frases y párrafos con la misma atención a los detalles que un ingeniero pone en su trabajo. Creo que la escritura es un arte, pero también una ciencia, y mi formación en ingeniería me ayuda a abordar la escritura de forma más estructurada, sin dejar a un lado la espontaneidad de la inspiración que nace, solo de la vida misma».
¿Cuál es tu apreciación sobre el uso de las redes sociales para difundir literatura? ¿Crees que el uso del libro impreso se mantendrá vigente?
«Las redes sociales son una herramienta valiosa para difundir la literatura y llegar a un público más amplio. Permiten una interacción directa con los lectores, compartir pensamientos cotidianos, la promoción independiente de nuevos libros, y la posibilidad de crear comunidades en línea de apasionados por la literatura. Sin embargo, también creo que el libro impreso seguirá manteniéndose vigente, ya que muchas personas valoran la experiencia de sostener un libro en sus manos y disfrutan de la sensación de la hoja al virarla. En última instancia, creo que ambos formatos pueden coexistir y complementarse mutuamente en la industria literaria.»
Tus creaciones llevan a la introspección y también a mirar otras realidades. ¿Cuál es la temática con la que más te identificas o que te apasiona escribir?
«Como poeta, mi pluma es mi voz, y la forma en que mi corazón registra mis experiencias, es mi fuente de inspiración. Me identifico con temas que tocan emociones profundas y primitivas, que hablan del vivir en sí. Me es natural y eufórico escribir sobre el amor; aunque el vacío, los tiempos inciertos y la esperanza, son temas que también me apasionan escribir. Pero más allá de eso, mis palabras tienen la necesidad constante de explorar realidades y tramas, que inviten a cuestionar nuestra percepción y a reflexionar sobre la vida. En mis versos busco capturar la belleza y la complejidad de este mundo, con la intención de embarcar a los lectores en un viaje introspectivo, un camino hacia su propia verdad.»
¿Qué recomendaciones les darías a los jóvenes que desean emprender una carrera como escritores?
«Para escribir con sustancia, hay que ser fiel a la intuición creativa, abordarla con franqueza y sencillez; como a un diario o una confesión inevitable. Escribir es una forma de expresar lo que llevas dentro, y es importante encontrar tu voz y estilo propio. Para llegar a ello, hay que leer imparablemente, sobre todo aquellos autores que resuenan en ti, para aprender técnicas, descubrir diferentes perspectivas y enriquecer tu vocabulario. También es importante ser perseverante y compartir tu trabajo sin tener miedo a recibir críticas. La escritura es un arte, y como todo arte, debe ser verdadero y auténtico, debe envolverse de paciencia y dedicación; porque, a veces, puede ser frustrante debatirse entre múltiples ideas. La escritura no debe forzarse, ni presionarse, hay que dejarla fluir durante el tiempo de creación. Pues este tiempo, siempre se justifica por sí solo.»
¿Puedes hacernos un adelanto del contenido del libro que publicarás este año?
«El contenido de mi libro trata sobre cuatro temas fundamentales de la existencia humana, y asimismo está dividido, cuatro capítulos en prosa. Cuando nació la idea, pensé en el arco de la vida. Desde el primer momento en que descubrimos nuestros ojos al mundo, empezamos a llenar nuestra existencia de significados propios, a construir interacciones con el entorno y las personas que nos rodean. Luego entramos en el idilio del amor, sus distracciones y desafíos; pasamos por defecto al dolor y la fuerza de sus aprendizajes; y por último, conocemos la sanación para restaurar la armonía interior. Repetimos ese ciclo una y otra vez en la vida. Porque estamos en constante movimiento, cambiando y renaciendo. La vida son varios arcos de distintas versiones, y eso mismo, quise reflejar. Una guía poética, sobre los colores de la vida, el amor, la libertad y la plenitud.»
Alejandra Belén continuará expandiendo su voz por el mundo a través de sus creaciones. Transparente, apasionada, siempre dispuesta a asumir nuevos retos, la escritora triunfa con una identidad única, nutrida de su talento y su constante formación. Es su manera de hacerse eterna, de revelarse y rebelarse completamente ella, absolutamente humana, al llevar su obra en un viaje del papel a la realidad.