Katiuscia Torres Soares, más conocida en redes sociales como Kat Torres, fue condenada a ocho años de prisión por tráfico de personas y esclavitud. Esta popular influencer, famosa por sus videos de autoayuda y su relación con el actor Leonardo DiCaprio, utilizaba su fama para explotar a sus seguidores, detalla un informe de la BBC.
Su caso comenzó a gestarse tras la desaparición de dos jóvenes brasileñas en septiembre de 2022, lo que movilizó a sus familias y al FBI. Las investigaciones apuntaron a que las jóvenes vivían con Torres, quien se presentaba como una gurú del bienestar en Nueva York.
Kat Torres, que había construido una imagen de éxito y superación en redes sociales, atraía a sus seguidores más vulnerables con promesas de dinero y mejoras en su autoestima. Ofrecía servicios de suscripción y consultas personales por 150 dólares, pero la realidad que encontraban las víctimas era muy distinta.
Ana, una de las primeras en caer bajo su dominio, fue atraída por la supuesta historia de superación de la influencer, quien afirmaba haber pasado de las favelas brasileñas a las pasarelas internacionales.
«Pensé que ella podía superarlo todo», relató al citado medio. Sin embargo, al llegar a Nueva York, se dio cuenta de que estaba siendo manipulada junto con otras víctimas.
Ana tenía que realizar tareas domésticas sin descanso y sin recibir el pago prometido. «Ahora veo que me estaba usando como esclava», añadió.
Desirrê Freitas, cuya denuncia impulsó la intervención del FBI, fue atraída con promesas similares. Ella fue invitada desde Alemania bajo el pretexto de brindar apoyo emocional a Kat Torres, pero al llegar fue obligada a trabajar en un club de striptease y luego como prostituta. «Si no cumplía con las cuotas de dinero, no podía volver a casa», confesó.
Las víctimas vivían bajo estrictas reglas impuestas por Torres; no podían comunicarse entre ellas, necesitaban permiso para salir de sus habitaciones y sus ingresos eran entregados a la influencer. Además, debían entregar sus documentos personales, como pasaportes y licencias de conducir, lo que les impedía escapar.
El caso ganó atención en las redes sociales y los medios de comunicación. La defensora de las víctimas, Gladys Pacheco, recopiló testimonios que implicaban a Kat Torres en tráfico de personas, tortura, reducción a condiciones de esclavitud y explotación sexual.
Las campañas en redes sociales fueron cruciales para localizar a las jóvenes desaparecidas. En noviembre de 2022, la policía convenció a Torres y a las víctimas de asistir a una revisión de bienestar en la oficina del sheriff del Condado de Franklin, en Maine.
A pesar de las evidencias, Torres sigue negando todas las acusaciones y ha declarado ser inocente antes de su sentencia. «Puedo decir que soy Jesús y ustedes pueden verme como Jesús o como el diablo, es su elección», afirmó a BBC World Servic.
Por lo pronto, las víctimas continúan recuperándose psicológicamente de los abusos sufridos. «Espero que mi historia sirva como advertencia», concluyó Desirrê en su libro publicado por DISRUPTalks.
La investigación sigue en curso y nuevos testimonios podrían agregar más cargos al expediente de Torres, cuya condena fue apelada por su abogada.
Fue en 2013 cuando la influencer brasileña Katiuscia Torres Soares confirmó que mantenía un romance con Leonardo DiCaprio. Por ese entonces, ella tenía 24 años y el actor 39.
«Conocí a Leo en Cannes y nos quedamos en la misma casa durante todo el festival. Leo es un chico encantador, todo un caballero que me trata como una reina, aunque no sé cómo se va a tomar que esté hablando contigo sobre nuestra historia de amor. Sé que no le va a gustar demasiado, ya que tenemos un pacto que nos obliga a no desvelar absolutamente nada sobre nuestra relación. Yo lo acabo de romper”, indicó al diario brasileño Extra.
Kat Torres dijo en esa ocasión que no se consideraba una celebridad, incluso que se sentía incómoda con el hecho de verse rodeada de paparazzi debido al interés en su vida sentimental.
«A Leo no le gusta que se tomen fotos de él, así que imagínate cómo me siento yo cuando están todo el tiempo persiguiéndonos. Por lo menos él está acostumbrado a los inconvenientes de la fama, pero a mí me está costando mucho tener que renunciar a mi intimidad. Algunos fotógrafos son especialmente habilidosos, porque son capaces de fotografiarnos incluso cuando nos esforzamos por pasar desapercibidos. A veces es frustrante salir a la calle», indicó.