Una investigación pone en duda la creencia de que el sexo espontáneo es más placentero que el planificado

Redacción

Es común en algunas parejas programar un encuentro sexual en las fechas importantes del calendario, como un cumpleaños o en el recién celebrado día de San Valentín. Sin embargo, es cierto que la idea de que el sexo espontáneo es el más apasionado y satisfactorio está muy arraigada en el imaginario popular occidental, pero ¿qué hay de mito y de realidad en esta creencia? ¿Hay una opción mejor que la otra?

Investigadores de Psicología de la Facultad de Salud de la Universidad de York (Reino Unido) han estudiado la cuestión, y han descubierto que planearlo con antelación puede ser «tan sexy» como el sexo que «simplemente ocurre». «Puede haber mucha resistencia a pedir a los pacientes que hablen y planifiquen más el sexo, que trabajen como un equipo sexual. Creo que se debe a lo que vemos en las películas, pero lo curioso es que hay planificación en esas escenas: todo un equipo de producción está allí, los actores memorizan sus líneas», dice la psicoterapeuta Katarina Kovacevic, especializada en relaciones románticas y problemas sexuales, y estudiante de doctorado en el Laboratorio de Salud Sexual y Relaciones de York.

«Lo que nuestro nuevo estudio descubrió fue que, aunque muchas personas sí respaldan el ideal del sexo espontáneo, no había diferencias en la satisfacción que declaraban tener de su último encuentro sexual real, tanto si había sido planeado como si no», ha precisado la experta.

Para esta investigación, publicada en la revista ‘Journal of Sex Research’, Kovacevic, su supervisora, la profesora de Psicología de la Universidad de York Amy Muise, y sus colaboradores han realizado dos estudios. En el primero, se analizó a más de 300 individuos que mantenían relaciones románticas y se les formularon preguntas a través de una encuesta ‘on line’. En el segundo, más de cien parejas respondieron a encuestas diarias sobre su vida romántica y sexual durante tres semanas. En ambos casos, querían analizar las creencias de las personas sobre el sexo planificado frente al espontáneo, pero también si estas creencias se traducirían en satisfacción con los encuentros sexuales reales.

En la primera parte del estudio, descubrieron que apoyar la idea de que el sexo espontáneo es mejor se correlacionaba con la satisfacción declarada. En el segundo estudio, cuando se analizó la última relación sexual de los participantes, se observó que no había diferencias en el grado de satisfacción de las relaciones sexuales (según fueran planeadas o espontáneas), independientemente de las creencias de las personas.

«En general, nos dimos cuenta de que la gente apoyaba el ideal del sexo espontáneo», dice Muise. «Pero, a pesar de estas creencias, en nuestros dos estudios no encontramos pruebas sólidas de que la gente realmente experimente el sexo espontáneo como más satisfactorio que el sexo planeado», aclara.

Kovacevic afirma que cuando los terapeutas como ella hablan de «sexo planificado», no necesariamente se refieren a programarlo, y aunque planificar el sexo puede parecer una tarea para algunos, la anticipación a veces también puede conducir al deseo.

«Cuando sugerimos que las parejas u otras configuraciones románticas se reserven ese tiempo, no estamos diciendo necesariamente que lo apunten en un calendario, como a las 7 de la tarde de un martes, después de meter la cena en el horno y antes de doblar los calcetines», bromea la investigadora. «Pero la intencionalidad que hay detrás puede ser transformadora en el sentido de que no hay que esperar a que llegue el momento adecuado, porque a veces a algunas personas nunca les apetece y eso puede disuadirlas», agrega.

Además, Muise y Kovacevic recuerdan lo mucho que se suelen planificar los aspectos importantes y agradables de la vida, como las vacaciones o desarrollar una carrera gratificante, y que no hay razón para que el sexo no pueda ser igual. «Puesto que el sexo es importante para muchas personas y tiene muchos beneficios para la salud y las relaciones, tiene sentido priorizar y enfocar el sexo de la misma manera», aseguran.

Para los investigadores, «la clave está en la intención, frente a las expectativas». Kovacevic dice que las expectativas de sexo durante las fiestas, aniversarios y cumpleaños pueden hacer que la gente se sienta presionada. En su lugar, recomienda que las parejas románticas planifiquen pasar regularmente tiempo de calidad juntos, sin distracciones, para «mantener viva la chispa». «Si planeas tener sexo este San Valentín, intenta tenerlo antes de la gran comida y las copas de vino», concluye Muise.

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