La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares celebra este viernes (09.45 horas) la vista previa al juicio contra una mujer que llegó a extorsionar 600.000 euros a una amiga, haciéndose pasar por un abogado y, posteriormente, fingiendo ser una mafia.
Según el escrito del fiscal, los hechos ocurrieron entre 2003 y 2009, cuando la procesada entabló amistad con la víctima, llegando a ser madrina de su hijo. A raíz de esta amistad, la mujer contaba con la confianza máxima de la que también era su compañera de trabajo, de quien tenía incluso las llaves de su casa.
La víctima empezó a recibir en un momento dado ciertas citaciones judiciales y pidió ayuda a la encausada, quien le recomendó un abogado y le facilitó un número de teléfono, siendo ella quien usaba realmente ese número y, por tanto, se hacía pasar por un letrado inventado.
Así, empezó a decirle a su amiga que para solucionar sus problemas debía hacerle entregas de dinero, que acabó realizando de manera periódica. Además, puso a disposición de la acusada, pensando que era el abogado, su DNI, ordenador portátil y tarjetas bancarias.
Con la intención de seguir ganando dinero a costa de la víctima, la acusada se hizo pasar, desde otro número, por una supuesta mafia, diciéndole que para evitar ir a la cárcel y perder a su hijo tenía que seguir pagando. Debido a ello, la perjudicada pidió a parientes 30.000 euros prestados que acabó entregando.
A raíz de esta situación, la víctima se trasladó a Asturias, donde residía su familia. Allí pidió prestados a su abuela 80.000 euros, que también entregó a la acusada.
Sin embargo, ésta siguió mandando mensajes de texto a través de diferentes números haciéndose pasar por la mafia con frases amenazadoras, como por ejemplo que habían matado a su madre y hermano o que habían quemado la cara al supuesto abogado.
En estos mensajes, la acusada llegó a decirle a la víctima que si no empezaba a prostituirse cogerían a su hijo y lo venderían, por lo que a partir de enero de 2013 la perjudicada empezó a ejercer la prostitución en un club de Avilés y, posteriormente, en otro.
Desde entonces y hasta mediados de 2017, la procesada continuó mandando mensajes en los que obligaba a su amiga a pagar a la supuesta mafia, ingresando en su cuenta el dinero que ganaba en la prostitución cada día. La mujer, que contaba con la tarjeta y claves de la cuenta de la extorsionada, sacaba dicho dinero.
El fiscal considera los hechos constitutivos de un delito continuado de extorsión y otro de determinación a la prostitución, por lo que pide para la acusada siete años de cárcel, la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima por un tiempo de diez años y el pago de 650.000 euros, además de una multa de 6.000 euros.