Unos 10 millones de niños pequeños que sufren desnutrición aguda grave no tienen acceso al tratamiento

Redacción

Más de 13 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo sufren desnutrición aguda grave y al menos 10 millones de ellos (dos de cada tres) carecen de acceso al tratamiento más eficaz contra esta lacra, como alimentos terapéuticos listos para su uso.

Así lo pone de manifiesto un nuevo informe de Unicef publicado este martes bajo el título ‘La desnutrición aguda grave: la emergencia olvidada de la supervivencia infantil’.

Los alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF) son una pasta densa con una alta concentración de energía y micronutrientes elaborada a base de una mezcla de cacahuetes, azúcar, aceite y leche en polvo, y envasada en bolsitas individuales.

Unicef, líder mundial en la adquisición de RUTF, distribuye entre el 75% y el 80% del suministro mundial fabricado por más de 20 empresas repartidas por todo el mundo.

Según advirtió, se prevé que el precio de los alimentos terapéuticos listos para su uso aumente hasta un 16% en los próximos seis meses debido a una fuerte subida del coste de las materias primas.

La guerra en Ucrania y la crisis económica que muchos estados enfrentan por la pandemia y la sequía prolongada en determinadas regiones explican este encarecimiento que, con los niveles de gasto actuales, podría dejar a 600.000 niños más sin acceso al tratamiento que salva vidas.

Así lo estima al menos Unicef, que prevé que los costes de envío y distribución sigan aumentando. Su directora ejecutiva, Catherine Russell, indicó que “para millones de niños cada año, estos sobres de pasta terapéutica suponen la diferencia entre la vida y la muerte».

«Un aumento del precio del 16% puede parecer aceptable en el contexto de los mercados alimentarios mundiales, pero al final de esa cadena de suministro hay un niño desesperadamente desnutrido, para quien lo que está en juego no es en absoluto aceptable”, declaró. “El mundo se está convirtiendo rápidamente en un polvorín de muertes infantiles evitables y de niños que sufren desnutrición aguda”.

DESIGUALDAD GEOGRÁFICA

Asia Meridional sigue siendo el “epicentro” de la desnutrición aguda grave, ya que aproximadamente uno de cada 22 niños la sufre, el doble que en África Subsahariana.

En el resto del mundo, los países afrontan tasas históricamente altas de este tipo de desnutrición, que causa el debilitamiento del sistema inmunitario y es la forma más inmediata, visible y peligrosa de malnutrición. En Afganistán, por ejemplo, se prevé que 1,1 millones de niños sufran desnutrición aguda grave este año, casi el doble que en 2018.

La sequía en el Cuerno de África podría causar un rápido aumento de casos, pasando de 1,7 millones a 2 millones, mientras que en el Sahel se prevé un aumento del 26% en comparación con 2018.

El informe también señala que incluso en países con relativa estabilidad, como Uganda, se ha producido un aumento del 40% o más de casos de desnutrición aguda infantil desde 2016 debido al aumento de la pobreza, que provoca que la calidad y la frecuencia de la alimentación de los niños y las mujeres embarazadas sean insuficientes.

Las problemáticas relacionadas con el clima, como la grave sequía cíclica o el acceso inadecuado a los servicios de agua potable y saneamiento, contribuyen al aumento de las cifras.

POCA FINANCIACIÓN

En su informe, Unicef advierte de que la ayuda para abordar la desnutrición aguda resulta «lamentablemente baja» y se prevé que disminuya drásticamente en los próximos años, «con pocas esperanzas de recuperar los niveles anteriores a la pandemia antes de 2028». Según un nuevo análisis realizado para este estudio, la inversión total para acabar con esta lacra sólo representa el 2,8% del total de la ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) del sector sanitario, y el 0,2% del gasto total en AOD.

Unicef hizo un llamamiento para que los gobiernos aumenten la ayuda en al menos un 59% por encima de los niveles de la AOD de 2019, con el fin de atender a todos los niños que necesitan tratamiento en 23 países muy afectados. Asimismo, pidió que los estados incluyan el tratamiento de la desnutrición aguda infantil en los planes de financiación de la salud y el desarrollo a largo plazo, de modo que todos los niños puedan beneficiarse de los programas de tratamiento, no sólo los que se encuentran en situaciones de crisis humanitaria.

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