Los últimos años han supuesto un desafío para todos, en el que muchos se han tenido que plantear lo que realmente importa en sus vidas, enfrentándose a decisiones que nunca imaginaron, como elegir entre si trabajar y arriesgarse a contraer una enfermedad peligrosa, exponiendo a sus seres queridos a lo mismo o dejar de trabajar y posiblemente perder su casa; y los que dirigen un negocio, entre permanecer abiertos para mantener a sus empleados o cerrar para reducir la propagación de enfermedades
Solo hay una medida por la cual se pueden tomar tales decisiones: Los valores fundamentales. ¿Quién se es en el fondo y qué es lo más importante en la vida o para la organización? ¿Es poder, fama, lucro, cuota de mercado? ¿O es otra cosa? ¿Integridad, pasión, responsabilidad, respeto o confianza? ¿Quizás lealtad?
Los valores fundamentales son como una brújula que ayuda a encontrar el camino cuando alguien se siente perdido o inseguro de su próximo paso. Los valores fundamentales que comparten los miembros de una organización ofrecen información sobre lo que es importante y cómo trabajan y se tratan entre ellos en la búsqueda de un objetivo compartido.
Los estudios indican que tener valores fundamentales y usarlos como herramientas para la toma de decisiones en tiempos difíciles es realmente beneficioso en varios niveles. Los científicos de la UCLA descubrieron que pensar en esos valores fundamentales antes de entrar en una situación estresante reduciría los niveles de hormonas del estrés en la sangre. Otros investigadores encontraron que escribir algunas oraciones cortas sobre esos valores fundamentales ayuda en el proceso de toma de decisiones. En cuanto a las empresas, un artículo en Forbes señaló un estudio que evidenciaba que las marcas con un alto sentido de propósito aumentaron su valor en un 175% durante un período de 12 años, significativamente más alto que la tasa de crecimiento promedio del 86% en ese momento. Y la investigación realizada por el profesor de negocios de Harvard, John Kotter, ha demostrado que cuando los valores corporativos ayudan a construir una cultura empresarial positiva, los ingresos aumentan más rápido, aumenta el compromiso y la retención de los empleados, al igual que la satisfacción del cliente.
Lo que pasa con los valores fundamentales es que solo son significativos cuando son auténticos y cuando se viven todos los días. No solo en tiempos de crisis, sino todos los días, cuando las pequeñas decisiones, una tras otra, exigen elegir entre mantenerse o desviarse de esos valores fundamentales.
Si, por ejemplo, una empresa tiene una fecha objetivo para la entrega de un nuevo producto. Algo falla y la fecha de entrega se retrasa, debe disminuir las funcionalidades que se esperaban del producto para poder mantenerse en la fecha fijada, lo que podría afectar la satisfacción del cliente y los ingresos futuros o invertir dinero no presupuestado para reducir los tiempos de los procesos. La única forma de tomar esa decisión es observar los valores fundamentales de la organización. ¿Esos valores impulsarán a la empresa a buscar un aumento de los ingresos a corto plazo o una rentabilidad a largo plazo? Hay momentos en los que no puede tener ambos, y los valores fundamentales ayudan a guiar esas decisiones.
Vivir según los valores fundamentales es difícil. Hay consecuencias asociadas a mantenerse siempre firme a ellos. El hecho es que también hay consecuencias por desviarse de estos. La banda RUSH hizo famosa la frase premonitoria: «Incluso cuando decides no decidir, aún así habrás decidido». No elegir tiene consecuencias. Y cada vez que se elige vivir fuera de esos valores fundamentales, la próxima posibilidad de desviarse será mucho más fácil. Como afirma Rich Fabian, CEO de Fujifilm Sonosite: «En mi experiencia, las personas (y las empresas) que deciden vivir fuera de sus valores fundamentales no están contentas y buscan el éxito en los lugares equivocados.»
En un ejemplo perfecto pero citado a menudo, una empresa tenía los valores fundamentales declarados de comunicación, respeto, integridad y excelencia. ¿La empresa? Enron. Sí, ese Enron que protagonizó uno de los fraudes financieros más grandes de la historia. Si esos valores alguna vez fueron auténticos o vividos por los empleados, ciertamente no lo fueron al final. El liderazgo tomó una decisión tras otra que se desvió de esos valores fundamentales, y el resto es historia corporativa infame.
Ahora, los empleados de FUJIFILM Sonosite disponen de la ventaja de trabajar en una organización que fabrica dispositivos que mejoran la calidad y reducen el costo de la atención a pie de cama del paciente. Sus clientes les dicen constantemente cuánto mejora su vida y la de sus pacientes lo que hacen. Y la ecografía es una de las tecnologías de imagen más rentables que existen en la actualidad. Por eso, en toda la organización saben que lo que hacen marca una verdadera diferencia todos los días. Como dijo el gran Bill Murray, «Así que tenemos eso a nuestro favor».
Pero no es suficiente tener un propósito. El porqué es esencial, pero también lo es el «cómo». Cómo eligen trabajar entre ellos, con sus clientes, con sus socios. El «cómo» hacer el trabajo es tan importante como el porqué. Si las personas y las organizaciones no utilizan los valores fundamentales como guías para la toma de decisiones y no viven de acuerdo con ellos todos los días, las personas pueden terminar haciendo lo incorrecto por las razones correctas, y eso no suele acabar bien.
Acerca de Fujifilm Sonosite
Fujifilm Sonosite, Inc. es pionero y líder a nivel mundial de la ecografía a pie de cama y en el punto de atención. Asimismo, es líder en el sector de la tecnología de micro-ultrasonido de ultra alta frecuencia. La compañía, cuya sede central se encuentra en las proximidades de Seattle, cuenta con una red de distribución mundial presente en más de 100 países. Los equipos de SonoSite están extendiendo el uso de la ecografía en todas las especialidades médicas, al llevar de manera rentable la ecografía de alto rendimiento al punto de atención del paciente.
Fuente Comunicae