La editorial Páginas de Espuma publica los cuentos completos de Gustave Flaubert, el autor de ‘Madame Bovary’ que vivió bajo la sombra del «fracaso constante», tal y como lo ha definido el encargado de la edición, el traductor Mario Armiño.
La edición cuenta con 17 cuentos y más de 600 páginas, incluyendo títulos ya conocidos en español como el famoso ‘Un corazón simple’ o ‘Noviembre’, pero también novedades en castellano como ‘La danza de los muertos’, ‘Borracho y muerto’ o ‘La leyenda de San Julián el Hospitalario’, entre otros.
Flaubert empezó a escribir cuentos a los 13 años y no será hasta 20 años después cuando publica su primera obra, precisamente ‘Madame Bovary’. Posteriormente vendría ‘Salambó’, ‘La educación sentimental’ y tres cuentos –el resto permanecieron inéditos hasta su muerte–, junto con otra novela inconclusa, «muy poca producción» publicada, según Armiño.
El motivo de esta escasa obra fue el de la propia «exigencia artística» del autor –«un asesino de la prosa», capaz de escribir solo dos páginas en tres meses y que eliminaba del texto todo aquello que consideraba innecesario, incluidos muchos adjetivos–. «Es el que más se corrige a sí mismo de toda la literatura francesa», ha añadido el traductor.
No solo era metódico con su estilo y sintaxis, sino también con la documentación que necesitaba para sus obras. Para ‘Un corazón simple’ acudió al Museo de Ruan para pedir prestado un loro disecado y trabajar junto a él en su escritorio, mientras que con ‘Salambó’ viajó para visitar las escasas ruinas de Cartago que todavía estaban en pie.
«Es verdad que la falta de reconocimiento sí le amargó la vida: el quería ser un estilista, no un escandaloso», ha añadido Armiño, quien recuerda que la novela sobre Bovary le generó un «odio» con su personaje. Flaubert fue juzgado por inmoralidad con su primera novela, luego vino ‘Salambó’ que se vendió «solo a amigos» y ‘La educación sentimental’, que pasó desapercibida totalmente.
«Despreciaba la política y también los premios y reconocimientos: se negó a la posibilidad de entrar en la Academia Francesa», ha contado Armiño de un escritor que pasó los últimos años de su vida viviendo penurias y a la vez tragándose su orgullo.
Flaubert, ya casi en la indigencia, fue rescatado por sus amigos Turgueniev y Zola, que le consiguieron un puesto en la administración al que no tenía que acudir siquiera para cobrar. «Pero él lo sufre enormemente porque lo ve como una humillación, recibir esa limosna de los poderes que despreciaba», ha explicado.
En los cuentos que ahora incluye esta edición Flaubert trató diversos temas no habituales en su novelística –terror, la lucha del Demonio contra Cristo o el bien y el mal…– pero, tal y como ha explicado Armiño, «resulta imposible que no se produzca trasvase entre novela y cuentas después de 20 años escribiendo de ti mismo».
Como ejemplo, el cuento ‘Noviembre’, en el que el autor cuenta su primera experiencia sexual –en la obra, con una prostituta–, que realmente es la «transcripción de su amor juvenil» por una mujer casada. «Toda esa pasión interna del protagonista será la base para la trama de ‘La educación sentimental'», ha concluido el traductor.