La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este sábado los preparativos de un «robusto» paquete de sanciones contra Rusia si finalmente termina estallando un conflicto sobre Ucrania.
En su comparecencia durante la segunda jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich, la presidenta de la Comisión ha trazado las líneas maestras de la respuesta de la Unión Europea y de la OTAN ante una posible invasión rusa, comenzando por estas amonestaciones.
Sin abundar en detalles, Von der Leyen se refirió a un «robusto paquete de sanciones económicas y tecnología de última generación» cuya imposición podría suponer «un alto coste y graves consecuencias a los intereses económicos de Moscú».
«El peligroso pensamiento del Kremlin, procedente de un oscuro pasado, puede costar a Rusia un futuro próspero», ha avisado Von der Leyen.
Asimismo, la presidenta de la Comisión Europea ha garantizado la seguridad energética de la UE en el caso de que Rusia decidiera cortar como represalia el suministro de gas. «Diversificaremos», ha anunciado, «proveedores y fuentes para que la UE sea más independiente en el terreno energético».
«La UE y la comunidad transatlántica están completamente alineadas y unidas», ha declarado Von der Leyen, quien de todas formas expresó su deseo de que «la diplomacia acabe prevaleciendo» y la crisis se resuelva de la forma más incruenta posible.
No obstante, mantuvo que las maniobras de Rusia en la frontera con Ucrania suponen la mayor acumulación de tropas en suelo europeo desde los días más oscuros de la Guerra Fría», así como un intento, junto a su aliada, China, de «alterar el orden internacional entero».
«Rusia y China buscan una ‘nueva era’ cuando lo que quieren, en realidad, es sustituir el estado de derecho por el estado de los más fuertes; la autodeterminación por la intimidación y la cooperación por la coerción», ha acusado en referencia al comunicado conjunto publicado por ambos países a principios de mes, en el que Moscú y Pekín declaraban su respaldo mutuo de cara al futuro de las relaciones internacionales.
«La política del Kremlin es la de inspirar miedo y negar a 44 millones de ucranianos la decisión libre sobre su futuro y su derecho a la autodeterminación» sobre una posible incorporación a la Alianza Atlántica, según Von der Leyen, antes de acusar a Rusia de violar la Carta de Naciones Unidas, por la que los países «deberán abstenerse de la amenaza de la fuerza contra la integridad territorial de un estado independiente».