Vox ha cumplido la mayoría de edad en las elecciones de este domingo en Castilla y León, donde los 13 escaños conseguidos pueden llevar al partido de Santiago Abascal a entrar por primera vez en un Gobierno y son anticipo de sus objetivos para ser decisivos también en Andalucía cuando se convoquen elecciones e incluso en los próximos comicios generales al Palacio de la Moncloa.
Con un joven y hasta ahora desconocido Juan García-Gallardo como candidato, Vox ha conseguido pasar del único escaño logrado en las autonómicas de 2019 a los 13 procuradores (del 5,49 por ciento del voto al 17,63 por ciento, con el 98 por ciento escrutado). Y lo que es más importante, ha logrado que su ‘sí’ en la investidura sea imprescindible para que el ‘popular’ Alfonso Fernández Mañueco revalide como presidente de la Junta.
Durante la campaña, Vox había evitado aclarar cuál sería el precio que pondría a su apoyo, pero tras el recuento Abascal ya ha dejado claro que exigirán formar parte del próximo Ejecutivo. «Qué cara de vicepresidente se le está poniendo a Juan García-Gallardo», ha proclamado nada más comenzar su alocución ante sus seguidores.
Lo que Vox sí que había asegurado era que su apoyo no sería «gratis» y que además elevaría el nivel de exigencia para evitar «traiciones» como las que denuncia haber sufrido por parte del PP en otros lugares, como Andalucía o el Ayuntamiento de Madrid.
El resultado obtenido este domingo en las urnas concede a Vox el lugar que hasta ahora tenía Ciudadanos, que con 13 procuradores en 2019 entró a formar parte del Gobierno de Mañueco con Francisco Igea como vicepresidente. Por ello, los de Abascal reconocen que es difícil que el PP les niegue una representación similar.
Sería la primera vez que Vox entrara a formar parte de un Gobierno y se enfrentara a la gestión real, dejando atrás los pactos de investidura sellados hasta la fecha que le han permitido forzar la implantación de algunas de sus medidas a la vez que mantienen una voz de oposición.
Es lo que ha pasado por ejemplo en Andalucía, donde tras firmar un acuerdo de investidura y apoyar dos Presupuestos –que incluían alguna de sus exigencias–, han pasado a votar en contra de las últimas cuentas públicas y pedir insistentemente al presidente Juan Manuel Moreno que adelante las elecciones.
Vox dio el gran salto a la política precisamente en Andalucía en las autonómicas de 2018. Y a partir de ahí su ascenso ha sido progresivo, hasta los 52 escaños conseguidos en el Congreso de los Diputados en noviembre de 2019.
Ya en Cataluña hace justo un año Vox logró quedar por delante del PP y de Ciudadanos; y en las elecciones a la Comunidad de Madrid del 4 de mayo se mantuvo con 13 diputados en la Asamblea pese al ‘tirón’ electoral de Isabel Díaz Ayuso.
SEMBRAR PARA RECOGER LOS FRUTOS
‘Siembra’ ha sido el lema elegido por Vox para esta campaña. Y con él, el partido ya dejó claro que estas elecciones tenían la vista puesta mucho más allá. «Estamos sembrando para recoger los frutos, y los frutos no los vamos a recoger en esta campaña. El fruto que queremos es ganar las elecciones y cambiar España», dejó claro el portavoz político del partido, Jorge Buxadé, este mismo lunes.
En esa misma línea se han pronunciado este domingo García-Gallardo –«Esta gesta de Castilla y León es una gran gesta para Vox y acabará siendo una gran gesta para España»– y su diputado nacional por Valladolid, Pablo Sáez: «Hemos sembrado y pronto veremos germinar la semilla sembrada en todos los lugares de España».
La relación entre Santiago Abascal y el líder del PP, Pablo Casado, está rota desde la fallida moción de censura de octubre de 2020, pero aunque el presidente de Vox reconoció que le dolió personalmente el duro discurso de Casado, siempre ha asegurado que la política está por encima y eso no será determinante para los acuerdos políticos a los que tengan que llegar.
De hecho, Abascal ya ha hecho hincapié este domingo en que su objetivo es convertirse en «la mejor alternativa política» y «la de más utilidad» para «expulsar» a Pedro Sánchez del Palacio de la Moncloa.
DERECHO Y DEBER DE ENTRAR EN EL GOBIERNO
De momento, ha avisado al Partido Popular de que los ciudadanos de Castilla y León «han hablado» y Vox exige «respeto al veredicto del pueblo soberano». «Vox tiene derecho y deber de formar Gobierno en Castilla y León», ha reivindicado.
Para la negociación, ha adelantado que Vox no exigirá «ni más ni menos» de lo que le corresponde en función del apoyo obtenido en las urnas. Y en la mesa de negociación estarán sus prioridades de campaña –reindustrialización, campo, agricultura y ganadería y un futuro para los jóvenes en la región–, pero también las reivindicaciones de la España Vaciada.