Vox deja en el aire su apoyo a presupuestos donde no gobierne con el PP, «harto» de los «desprecios» de Génova

Redacción

Las distancias que ha marcado Vox con el PP de Alberto Núñez Feijóo pueden tener eco en la gobernanza de las comunidades autónomas, habida cuenta de que los de Santiago Abascal se plantean no apoyar los presupuestos en los territorios donde no está incluido en los ejecutivos ‘populares’, como Baleares, porque se declaran «hartos» de los desaires de Génova.

Vox anunció el lunes que se desliga de Génova ante la falta de colaboración con su apuesta por armar una estrategia conjunta contra el Gobierno de Pedro Sánchez y la amnistía para los encausados del procés pactada por el PSOE y Junts para investir al presidente.

En boca del secretario general de Vox, Ignacio Garriga, Vox denunció lo que ellos ven como «ataques» y «desprecios», después de semanas reclamando al PP una acción coordinada contra los pactos de investidura y afeando a los ‘populares’ lo que a su juicio es tibieza a la hora de combatir a Sánchez.

Los de Santiago Abascal piden particularmente al PP que haga valer su mayoría en el Senado para impedir la tramitación de la ley que regulará la medida de gracia en la Cámara Alta. De su lado, el PP ya ha trasladado su negativa a impedir esta tramitación y a emprender acciones comunes con Vox.

EL PUNTO DE INFLEXIÓN

El punto de inflexión lo marcó el acuerdo alcanzado por PP, PSOE y Sumar para repartirse las comisiones del Congreso, constituidas esta semana. Los ‘populares’ no reservaron ninguna presidencia de comisión a Vox, partido con el que colaboran a nivel municipal y autonómico, y esto colmó la paciencia en la sede de Bambú.

Ya había ocurrido algo parecido al inicio de la legislatura, cuando el PP no contó con Vox para la conformación de la Mesa del Congreso. Entonces la relación entre ambos se enrareció porque Vox entendió que se le había hecho un ‘cordón sanitario’ cuando ellos habían asegurado sus 33 votos a favor de la investidura de Feijóo. Los de Santiago Abascal denunciaron esa «falta de generosidad» de Génova y dejaron en el aire su respaldo hasta que Feijóo no hiciera un reconocimiento público de su asociación.

Posteriormente, Feijóo agradeció explícitamente a Vox su apoyo y subrayó que con el partido tiene una «relación de normalidad democrática» y que la colaboración entre ambos se mantendría. Abascal dio por cumplidas las condiciones e inauguró una «nueva etapa» con los ‘populares’. Hasta ahora.

HARTAZGO

Fuentes de la dirección de Vox destacan a Europa Press su hartazgo por el comportamiento del PP, al que ven más preocupado de distanciarse de ellos que del PSOE. Denuncian desaires y desprecios, aún cuando ellos les dan respaldo en ayuntamientos, gobiernos y secundan sus manifestaciones contra la amnistía. Reclaman reconocimiento de una asociación, que los de Abascal ven natural, sostenido en el tiempo. Quieren, en definitiva, que el desdén por sistema hacia ellos cese.

Las fuentes consultadas subrayan que el problema es de Génova, puesto que Vox y el PP han conseguido entenderse para gobernar en coalición en los territorios. Remarcan especialmente la fluida relación en Aragón, con el presidente ‘popular’, Jorge Azcón, y en la Comunidad Valenciana, con Carlos Mazón. Y se muestran contrariados por la diferencia. En esta misma línea se expresó la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Rodríguez de Millán, el miércoles.

«Nosotros cogobernamos con el PP en cinco comunidades, con presidentes del PP que parece que sí están dispuestos a participar de ese frente común y, por lo tanto, nosotros hablaremos con ellos para conformar esa resistencia que, entendemos, deben formar los ‘populares’ junto con Vox –señaló–. Hablaremos con ellos porque parece que a Génova ha llegado un PP dispuesto a alejarse de Vox y aproximarse al PSOE».

Garriga ya adelantó que la cooperación entre PP y Vox no está en duda en las comunidades en las que cogobiernan. Las fuentes de la dirección de Vox insisten en que el partido cumplirá sus compromisos allí donde forman parte de los gobiernos y no los dejarán caer. Caso distinto son los territorios donde apoyan desde fuera, como en Baleares, donde su contribución puede estar en duda si no se da este reconocimiento público. Y mencionan específicamente el apoyo a los presupuestos autonómicos.

EL CASO DE BALEARES

El caso de Baleares, donde el PP gobierna en solitario tras un acuerdo de investidura con Vox, es particular porque la relación entre ambos ya sufrió tensiones. Se abrió una crisis en la autonomía a cuenta de los presupuestos autonómicos y la libre elección de lenguas en la enseñanza.

El PP no apoyó una iniciativa de los de Abascal para elegir la lengua en Infantil y Primaria, lo que ocasionó que el grupo parlamentario de Vox decidiera, en respuesta, no respaldar el techo de gasto propuesto por los ‘populares’. Al final las cosas se encauzaron.

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