Vox niega que su discurso genere tensión y reivindica que llama «a las cosas por su nombre» y no dará «ni un paso atrás»

Redacción

El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, rechaza que su partido busque generar tensión y asegura que solo se dedica a «llamar a las cosas por su nombre» tras «décadas» de consenso sobre asuntos de los que «no se podía hablar». Por ello, avisa de que no darán «ni un paso atrás» y seguirán denunciando «las tropelías» del Gobierno «y llamando a las cosas por su nombre le cueste a quien le cueste y le moleste a quien le moleste».

Tras una semana de polémicas en el Congreso, Garriga reivindica en una entrevista con Europa Press que Vox únicamente está «sacando del baúl ciertos temas» y eso está «llamando la atención». «No es un tema de moderación, radicalismos o mayor o menor tensión, sino que se está situando decir las cosas por su nombre fuera de la normalidad», sostiene.

Es lo que sucede, según asegura, con su vicepresidente en Castilla y León, Juan García-Gallardo, a quien erige como «ejemplo» de las políticas que Vox quiere implantar en toda España y denuncia que «el ruido» a su alrededor lo generan los medios de comunicación.

«Es evidente que el trabajo de García-Gallardo está marcando un antes y un después. Es un anticipo de lo que haremos cuando los españoles decidan que Abascal presida el Gobierno de la nación», avanza reivindicando un cambio «real» de políticas y no una mera «alternancia» de sillones.

En este sentido, insiste en que la polémica alrededor de Vox solo se debe a que está «llamando etarras a los etarras, violadores a los violadores, delincuentes a los delincuentes y malversadores, sediciosos y golpistas a los malversadores, sediciosos y golpistas».

Con ello, se alza en contra de «la cultura de la cancelación» y denuncia que los miembros de su partido están sometidos a «una permanente estigmatización y demonización». «Nosotros no vamos a dar ni un paso atrás», garantiza convencido de que los ciudadanos «aprecian» su manera de decir las cosas.

PLAN DE SÁNCHEZ Y EL SEPARATISMO

En este contexto, acusa a Sánchez de estar «dispuesto a todo» con tal de «dormir una noche más» en el Palacio de la Moncloa y «contentar a sus socios». Y revela estar «convencido» de que el presidente del Gobierno ya ha negociado la convocatoria de un referéndum en Cataluña «y están esperando de qué manera y cuándo lo anuncian».

Garriga cree que Sánchez y el separatismo comparten «un plan» para «volar la arquitectura constitucional y los pilares de la nación»; y eso se está viendo en la modificación del Código Penal para derogar el delito de sedición, la concesión de los indultos o las sugerencias de modificar malversación.

«Sánchez está poniendo la alfombra roja a los enemigos de los españoles, de la libertad y de España», acusa avisando al Ejecutivo de que olvida que enfrente encontrará «al pueblo español» y Vox estará «liderando la batalla» en las calles, los tribunales y las instituciones.

Según ha remarcado, Vox será «la esperanza del pueblo catalán», que «ha visto cómo unos y otros les han abandonado y dejado de lado mientras únicamente avanzaban en blindar sus privilegios, su agenda rupturista y sus delirios ideológicos».

«Sánchez es el mejor aliado que podría tener el separatismo, uno de los motivos por los que urge desalojarlo de La Moncloa», insiste hablando de Vox como unos «locos» que han decidido dar un paso al frente «viendo que ninguna formación política y ninguna organización estaba dispuesta a defender España y Cataluña».

De hecho, sostiene que haciendo lo que han hecho otros partidos hasta ahora no se va a revertir la situación, por lo que Vox ofrece «un camino diferente» que consiste en «confrontar con el separatismo» y eliminar todas las herramientas que ha tenido para «seguir avanzando en su agenda rupturista y delirios ideológicos».

EL PSOE, «ABIERTAMENTE SEPARATISTA»

En este sentido, señala al PSOE como «abiertamente separatista» y una «muleta y socio» del separatismo en Cataluña. «No habría separatismo sin Partido Socialista y no habría Partido Socialista sin separatismo en Cataluña», sostiene.

Frente a esto, Vox ofrece un compromiso para que el Estado recupere competencias o cerrar medios de comunicación «utilizados por el separatismo»; reivindicando que el Gobierno tenga «presencia» en Cataluña.

«Lo que no se ha hecho nunca es lo que Vox ofrece, estar y dar la batalla en las calles y en el Parlamento –apunta–. El PSOE, si no quiere sumarse a la recuperación de Cataluña, al menos que no moleste y apoye una investidura cuando Vox se convierta en la primera fuerza».

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