Lejos quedan aquellos inicios musicales de Xoel López, hace más de 20 años, cuando cantaba en inglés en la coruñesa Elephant Band y empezó a saborear las mieles del éxito con la mítica Deluxe. Justo hace una década, en 2013, Xoel López emprendió su aventura en solitario y optó por un nombre propio que ya no necesita presentación, capaz de llenar grandes escenarios como ha ocurrido este miércoles, 29 de noviembre, en Madrid, donde ha actuado ante más de 6.500 personas en el WiZink Center.
Este concierto es la única fecha de presentación de este año de su decimosexto álbum de estudio, ‘Caldo Espírito’ (Esmerarte 2023), con el que el cantante transita por nuevos campos sonoros como refleja el título elegido, una metáfora que fusiona el italiano (donde ‘caldo’ significa ‘caliente’) y el gallego (donde ‘espírito’ significa ‘espíritu’).
Con un repertorio en el que se han dado la mano presente y pasado, nostalgia y talento, Madrid ha sido el escenario elegido para un viaje de algo más de dos horas en el que Xoel López, acompañado de sus músicos, ha vuelto a ser capaz de aunar y reflejar múltiples sentimientos vitales, en una obra compleja, intimista y visceral que bebe de las raíces de numerosos estilos musicales procedentes de varios puntos del planeta.
‘Caldo Espírito’ es el último capítulo de una fructífera trayectoria en solitario que comenzó con un deslumbrante ‘Atlántico’, tras abandonar el proyecto consolidado de Deluxe, así como España, y grabar un buen puñado de canciones inigualables a caballo entre las dos orillas del Atlántico: Buenos Aires y A Coruña, además de recorrer el continente americano en busca de inspiración y nuevos retos. Llegó después un eléctrico ‘Paramales’, al que siguió el biográfico ‘Sueños y Pan’ y ‘Si mi rayo te alcanzara’, que vio la luz en plena pandemia por la Covid-19.
Todos ellos han tenido cabida en el concierto de esta noche que empezaba puntual a las 21.00 horas con ‘Albatros’, de su último disco, en el que se abordan cuestiones como el anhelo por escapar, la lucha contra la conformidad o la búsqueda de una autenticidad de la que parece carecer la sociedad actual, en medio de un aislamiento y anhelo de conexión que se expone en ‘Salitre y humo’, unos vínculos a los que de nuevo hace alusión ‘Esto no es amor’.
Tomaba el relevo entonces ‘Si Mi Rayo Te Alcanzara’, tras la cual Xoel López daba las gracias a todo el público asistente por «gastar su dinero» y llenar el recinto en este concierto, en el que López también se despedía de «las putas mascarillas». «Estamos muy emocionados con el álbum. Son muchos discos y cada vez más gente quiere escucharlo» afirmaba antes de dar paso a otro single de su último trabajo, ‘Mágica y eterna’, homenaje a Santo Domingo, bailado por muchos de los asistentes.
Otros temas veteranos como el ya mítico ‘Hombre de Ninguna Parte’, ‘Todo lo Que Merezcas’ o ‘Por el viejo barrio’ han hecho su aparición en un repertorio en el que tampoco podía faltar ‘Glaciar’ –una de sus favoritas como reconocía López antes de entonarla– y esa delicada pieza tribal ‘Paxaro do demo’, «para celebrar que existen muchos idiomas en este país» y un guiño a una pequeña aldea de Fonsagrada llamada Pin, en Lugo (Galicia) con la rememora a uno de sus abuelos. Precisamente los padres del coruñés también estaban presentes en el concierto.
«UN CONCIERTO DENTRO DE OTRO CONCIERTO»
Llegaba entonces «un momento muy especial de la noche, un concierto dentro de un concierto, un miniconcierto», en palabras de Xoel, que reconocía que «mucha gente no tiene ni idea y otros lo recuerdan», en alusión al inicio de su carrera «con un proyecto que era Deluxe», para el que ha vuelto a contar con el batería de la formación, Roberto Lozano ‘Loza’.
Este tributo a Deluxe ha estado protagonizado por ‘Simone’, ‘Historia Universal’, ‘El cielo de Madrid’ (con la voz de Carolina de Juan, Nina, vocalista de Morgan, quienes también han hecho su aparición en el escenario en una versión que, como han reconocido sus autores, grabarán «algún día»), ‘Reconstrucción’ –que como ha recordado Xoel «fue escrita un 1 de enero»– y no podía faltar ‘Que no’, coreado al unísono por un público totalmente entregado que coreaba «Xoel, Xoel», un cántico que se acuñó en el concierto de la Riviera (Madrid) en 2007, como ha rememorado emocionado el gallego.
Era difícil continuar llegados a este punto pero Xoel López ha hilado su repertorio intercalando temas antiguos como ‘Tierra’ –«el principio de todo lo que pasó después de Deluxe en Buenos Aires, la canción que resumía toda la ruptura»–, ‘De piedras y arena’ (coreada y tocada por todo el elenco alrededor de la batería), ‘A serea’, ‘Ningún nombre, ningún lugar’ y otra coreadísima ‘Lodo’; con los nuevos ‘Faneca Brava’, «homenaje a todos los venenos», ‘Ochomil’ o ‘Elevarte caer’, con la segunda colaboración de la noche, la de las hermanas Marina y Teresa de Repion, «gente joven que hace cosas buenísimas».
Entonaba el público de nuevo el «Xoel, Xoel, Xoel, Xoel» en una recta final protagonizada por ‘Xiana’, interpretada inicialmente en solitario a la guitarra o ‘Fort Da’, con un llamamiento «a todo el mundo a bailar» que acompaña a cualquiera que escuche ‘Tigre de bengala’ y esa pregunta lanzada al aire «¿Por qué yo no me habría de salvar? ¿Por qué tú no te habrías de salvar?» que insuflaba al público de vitalidad y optimismo.
Como se argumenta en una parte de esta canción, «los aciertos son errores del pasado y los errores un camino que abrazar». Xoel López no renuncia a su pasado y construye un presente y un futuro esperanzador para el cantautor que cantaba en inglés en festivales, que lo siguen reclamando, y que se mueve como pez en el agua tanto en recintos pequeños e íntimos como en grandes estadios, lugares que siempre impregna de su estilo único y personal.