Zahara y Martí Perarnau continúan su pacto creativo con Juno, proyecto musical que empezaron hace un par de años para liberarse de sus respectivas trayectorias, y lo hacen manteniéndolo como un espacio «sano y puro» necesario ante el «embate del sistema y de la industria musical», una industria que consideran en España «muy pequeña» como para cambiar su machismo o precariedad.
«Ni yo con todo lo que he contado abriría el melón del ‘Me Too’ en la música, no puedo poner mi cuerpo más al servicio de la lucha», asevera Zahara en una entrevista con Europa Press junto a Martí, cuestionados por si creen posible un movimiento de este tipo. Juntos compusieron varios de los temas de los últimos trabajos de ella, ‘Puta’ (2021) y ‘Reputa (2022), en los que se denuncia el machismo de la industria.
Zahara señala que, como ocurre con la precariedad de la industria, en relación con el machismo y acoso «hay situaciones contra las que nadie se rebela nunca porque necesitan el sistema que las ejerce». «Es la pescadilla que se muerde la cola», lamenta, para asegurar que «hay contenido» para un ‘Me Too’, pero «nadie quiere dirigirlo».
Ella tampoco. Considera que después de lo que se ha expuesto no podría liderar este movimiento, mientras Martí ve esto muy improbable porque la industria es un círculo «es muy cerrado».
En todo caso, Zahara subraya que, a su juicio, «la única manera de cambiar este sistema (en la industria musical) sería si el ‘Me Too’ viniera por parte de los hombres»: «Tendría que existir un movimiento de hombres diciendo ‘fui un gilipollas, abusé de mi poder, me aproveché de esta situación para poder follarme a la que me apetecía’. Y otro decir, ‘yo también hice esto'».
Para la artista, esta es la única vía porque las mujeres no darían el paso de denunciar por la «revictimización continua» que enfrentan. «Denuncias y te niegan tu realidad, te obligan a la revictimización, y tener que luchar contra ello es terrorismo emocional y mental», advierte.
También en relación con el acoso en el mundo de la cultura, ambos artistas aplauden que las nuevas generaciones reaccionen ante estas situaciones que, cuentan, antes estaban «completamente normalizadas». Al respecto, Martí puntualiza que pese a los avances son pocos los hombres de su generación que tienen una conversación y reflexión sobre sus comportamientos: «No muchos han sido capaces de revisar las conductas chungas que teníamos establecidas».
En esta línea, defienden a los nuevos artistas que, como hizo Zahara, denuncian en sus canciones estas situaciones y reivindican el papel de las mujeres en la industria, así como en la sociedad en general.
Por ello, se muestran comprometidos con la lucha feminista, también de cara al próximo 8M, si bien no saben si participarán en las manifestaciones, a las que en otras ocasiones si han acudido. Al respecto, Zahara, que lleva dos años sin participar por la ansiedad que le generan las grandes multitudes, lamenta la división del movimiento.
«Yo soy transfeminista. Y me da muchísima pena que el feminismo esté dividido, me horroriza. Aparte no se divide el fascismo», expone, para señalar que, a su juicio, el movimiento debe ir en línea con los derechos humanos.
‘BCN747’
En este sentido, apela al consenso, uno que ella ha logrado con Martí en JUNO, proyecto con el que ya publicaron en 2020 el disco ‘_BCN626’ y con el que este viernes, 17 de febrero, lanzan ‘BCN747’, un trabajo en el que se adentran en una distopía visual y sónica, conjugando guitarra, piano, ‘samples’ y otras herramientas.
Caracterizado por su electrónica doméstica y oscuridad, el álbum supone para los artistas mantener un espacio «liberador», alejado de lo que se espera de ellos en sus carreras en solitario a la vez que investigan nuevas formas de hacer música.
El disco está compuesto de una decena de canciones de las que solo se ha dado como avance un ‘single’ para romper con la tendencia actual de la industria. Con ello, defienden que se realicen trabajos al completo y buscan mantener ese misterio que crearon en su primer disco. Antes de él, no se sabía quién se encontraba detrás de JUNO.
En ‘BCN747’, los componentes de JUNO mantienen esa intimidad de su primer trabajo, pero cuentan una historia inspirada en la «vuelta por el mundo» que han dado juntos. En un principio, la idea era hablar sobre la belleza de lo que encontrasen, pero lo que han visto en la sociedad les ha llevado a hacer un crítica al sistema.
UNA CRÍTICA AL SISTEMA
«Nos resultó decepcionante constatar algo que ya sabíamos… Las sociedades están llenas de prejuicios, de racismo, de xenofobia y hay un eurocentrismo…», señala Zahara.
De este modo, nació un álbum que supone una critica al sistema «desde un lugar acomodado», reconocen. «Participamos de lo que criticamos. Nos dimos cuenta de que todo el disco en general tiene ese carácter de crítica y que al final acaba claudicando y formando parte del sistema», admite. Al respecto, Martí reflexiona que esto se produce porque «todos vivimos bajo el mismo yugo del capital».
Sobre la experimentación musical, una de los principales objetivos de su proyecto conjunto, ambos artistas entienden las nuevas corrientes musicales y afean que se critiquen a artistas como Quevedo por usar ‘autotune’ o partes «más exquisitas» de la sociedad no entiendan que las sesiones de Bizarrap sean lo más escuchado.
En este sentido, abordando la que hasta el momento ha sido la canción del año, la sesión del productor argentino con Shakira, apuestan por dejar que las mujeres cuenten lo que quieran en sus canciones.
Por otro lado, sobre la influencia de plataformas como TikTok en la industria musical, consideran que tiene que pasar un tiempo para comprobar cómo han afectado a la forma de crear. Martí cree que hay utilizarlas pero no convertirse en un «esclavo». Zahara, por su parte, recuerda que ese tipo de esclavitud siempre ha existido en la música, por ejemplo en relación con los festivales: «Muchos hemos hecho música concreta para que nos llamen».
Tras publica ‘BCN747’, Juno girará por distintos sitios de España con un espectáculo que, avanzan, evolucionará como siempre sucede con la música. El proyecto tiene espíritu para mantenerse a largo plazo.