Zahara reinterpreta su último disco en ‘Reputa’

Redacción

Zahara (Úbeda, 1983) se siente feliz. Su álbum ‘Puta’ (Gozz Records, 2021) ha sido uno éxito en lo profesional y también en lo personal ya que todas las duras confesiones que plasmó en forma de canciones han sido una experiencia sanadora que, además, le ha ayudado a ratificar esa libertad artística que ahora reivindica también en ‘Reputa’ junto a otros artistas y bandas nacionales.

«No hace falta que todo el mundo comprenda mi arte», sentencia Zahara, en una entrevista concedida a Europa Press, en la que defiende la libertad de expresión y un futuro en el que espera mantener la independencia musical que le permite hablar de una forma explícita de cuestiones como las agresiones, vejaciones y abusos que sufrió.

Así lo hizo en ‘Puta’ y ahora lo hace en la reedición del mismo, ‘Reputa’, que se lanzará el próximo viernes, 23 de septiembre, y alberga nuevas versiones inspiradas en las originales haciendo un disco todavía más ecléctico con estilos tan diferentes como el rock, el rock o hasta el reggaeton.

Alizzz, Carolina Durante, Cora Novoa, Delaporte, La Oreja de Van Gogh, María José Llergo, Perarnau IV, PRETTY PRETTY 2000, Producciones Extintor (Marcel Bagés i David Soler), Rodrigo Cuevas con la Asociación Musical Ubetense y Shego acompañan a Zahara en esta apuesta.

Un remix con Alizzz de una de las canciones de ‘Puta’, ‘berlin U5’, hizo ver a la artista lo «bonito» que podía ser invitar a otras personas a formar parte de este álbum y que aportarán su visión personal en la línea de crudeza del mismo. Le fue fácil elegir a los participantes porque estos podían tener alguna relación con las canciones por las letras o sonidos, o bien era fan de ellos.

En ‘Reputa’, además de mantener algunas de sus confesiones de malos tratos sufridos como artista y mujer, se añaden otras denuncias de la artista como el uso de su arte por parte de partidos políticos. En concreto, en ‘Merichane (Reputa)’, Zahara señala lo «manoseada» que se sintió cuando acaparó titulares y conversaciones por las críticas de Vox, que consiguió que se retirase el cartel de su gira en Toledo. El cartel en cuestión mostraba la portada de ‘Puta’, en la que se ve a la artista caracterizada como la Virgen con una banda en la que se leía «puta».

«Por un lado siento preciosa la acogida que recibí, con compañeros y desconocidos que me defendieron, apoyaron el arte y la libertad de expresión, pero a la vez me pareció tristísimo ver que se hablaba de la censura de ese partido político y lo único que se conseguía era darle popularidad y promoción al mismo», explica al respecto.

A su juicio, aquello fue una oportunidad perdida de hablar de lo que la portada representa, la «presión con la que viven las mujeres por ser perfectas, santas o madres, y además ser siempre insultadas y vejadas con la palabra puta». «En lugar de hablar del problema real que denunciaba mi foto, se estaba hablando de si había ofendido alguien. Me pareció absurdo», lamenta.

«Tuve la sensación de ser útil para algunos y que la causa de ‘Puta’ no esta tratándose», añade, para reconocer que, tras ello, se ha percatado de lo «fácilmente manipulable que es todo» y la falta de «cuidado en las noticias».

Aquella situación también le llevó a recibir «odio gratuito y desproporcionado», una experiencia de la que aprendió que no puede controlar el impacto de sus acciones: «Solo puedo estar tranquila con lo que siento, expreso, con mi obra y saber entender sus pilares y en ese sentido no volverme loca intentando que la gente comprenda mi arte».

Tras esto y todo lo vivido con ‘Puta’, que continúa con ‘Reputa’, Zahara tiene claro que esta etapa ha sido un «acto vital» para ella, pues todo lo compartido en sus canciones han sido cosas que han «atormentado» su vida pero fue capaz de sacarlas a la luz, gracias y con la ayuda de terapia psicológica.

«Ojalá no haber llegado a vivir nada de lo que sufrí y me motivó a escribir esto, pero el disco en si me ha llevado a un aprendizaje profundo de la música, de mí misma, de cómo quiero ser en el mundo de la música, de cómo quiero que sean mis canciones y sobre todo, me siento feliz, tengo una felicidad genuina, que es mía», dice.

HONESTIDAD EN LA MÚSICA

En el mundo de la música quiere ser «honesta» y mantener la línea que ha seguido desde que montó su propio sello, Gozz Records: «Siempre intentaré que la verdad y el compromiso con la música esté por encima de cualquier cosa. No importa lo que los demás vayan a pensar, el gesto del que nacen las canciones tiene que seguir siendo puro, seguir naciendo de las entrañas de una».

A la par que la intimidad de las creaciones, para la artista también es importante que el arte lleve «lo político implícito» porque, a su juicio, «ayuda a cambiar la sociedad y a crear referente». Por eso, ella lo hace así y avisa de que «cuando el arte está vacío de ese contenido político se convierte en entretenimiento». No obstante, precisa que este no es «ni mejor ni peor», pero no es arte, aunque ella, agrega, también lo consume y lo necesita.

En este sentido, avanza que aún tiene más cosas que confesar, revelar y compartir en su música, pese a que lo «más gordo» y crudo ya lo ha contado en ‘Puta’. Lo que venga, que está «deseosa de ver», lo volverá a componer de forma explícita, directa y desnuda, pues después de haberlo probado en su último trabajo «no se puede volver atrás», advierte.

Zahara se siente afortunada por esta libertad artística que, reconoce, cuesta, pero vale la pena, más cuando, según ha relatado en anteriores ocasiones, en sus inicios sufrió el «paternalismo» de figuras de la industria musical en Universal. Mirando hacia aquella etapa, asegura que no sabe si «tendría el valor de parar» las situaciones que vivió, pero cree que no era su «papel» imponerse: «Era el papel de esas personas adultas de la industria no haber sido paternalistas conmigo y haberme tratado con más respeto».

FALTA DE MUJERES EN FESTIVALES

Pese a la dificultad de aquellos inicios, celebra que ha logrado escapar de aquel «miedo a incomodar al otro», una libertad que le funciona y ha derivado en buenas críticas a su trabajo, consiguiendo también ser una de las pocas artistas femeninas que figuran entre los principales nombres de los festivales.

Tras un verano en los que se ha subido al escenario de numerosos de ellos, expresa su «frustración» porque las artistas femeninas aún no se contemplen en ellos como se debería. «¿En serio? ¿En serio hay que explicar la cantidad de mujeres fantásticas que hay haciendo música?», se pregunta.

«Me sorprende que no les de vergüenza. Es frustrante», manifiesta también para relatar que en algunos festivales ha visto que bandas o artistas de hombres con trayectorias o público similares o inferior al suyo «están por encima en el cartel».

«Eso no me importa tanto porque al final quien decide el orden de los carteles no me importa, pero veo que se cuida poco. Da igual que sea mi nombre (el que aparezca), el de otras mujeres debería estar más presente», zanja.

Las + leídas